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Analistas 26/07/2018

Ad Usum Delphini

Rodrigo Botero Montoya
Exministro de Hacienda

Este es el título de la recopilación de máximas preparadas para la edificación del hijo de Luis XIV por su tutor, el duque de Montausier. En un sentido amplio, la expresión se entiende como sugerencias dirigidas a alguien que aún no tiene poder pero se prepara para asumirlo. Ese es el tenor de las siguientes reflexiones, destinadas al presidente electo. Quien las ofrece está en desacuerdo con su partido y no votó por él en la primera vuelta. Lo cual no es obstáculo para desearle éxito en su gobierno, por el bien de Colombia.
Comience por darle una respuesta inequívoca a la pregunta ¿quién manda? Debe aclararse que la reciente declaración de su directora de campaña de que el expresidente Álvaro Uribe ‘es nuestro jefe’ es a título personal. Amigos políticos y consejeros, sí. Pero el Presidente de Colombia no puede tener jefe.

Evite tramitar odios ajenos. Tampoco está obligado a comprar la retórica exaltada de algunos de sus copartidarios. Su gobierno no recibe un país en ruinas. Las condiciones económicas, sociales, de seguridad y de prestigio internacional de Colombia hoy, superan con creces las del año 2010. Si le resulta políticamente conflictivo decir unas palabras amables acerca del presidente Santos, absténgase de agredirlo.

Optimice el uso de su tiempo. El aparato gubernamental es grande y complejo. No pretenda administrarlo al detal. Resérvese el control de tres temas que son inherentes a la institución presidencial: Relaciones Internacionales; Defensa y Seguridad Nacional; y Política Interna.

Procure que el mundo exterior lo asocie con Justin Trudeau, Emmanuel Macron y Angela Merkel. En la relación con el dictador Nicolás Maduro, tenga presente el consejo de Talleyrand a los diplomáticos franceses: ‘Surtout, pas trop de zèle.’ Es preferible denunciarlo ante la CPI en compañía de la OEA y el Grupo de Lima. Unasur y Celac son prescindibles.

Utilice el período de gracia de los primeros meses para sacar adelante una buena reforma tributaria y la reforma pensional. Su apoyo decidido a la independencia del Banco de la República y a la estabilidad macroeconómica favorecería la confianza inversionista. La agricultura de exportación tiene un enorme potencial.

Clemente del Valle en la Financiera de Desarrollo Nacional y Dimitri Zaninovich en la ANI están atrayendo recursos externos para acometer grandes proyectos de infraestructura. Merecen ser ratificados. Lo mismo puede afirmarse de Christian Krüger y de Felipe Muñoz quienes están manejando la inmigración venezolana.

Como lecturas extraoficiales le recomiendo: Historia Mínima de Colombia de Jorge Orlando Melo; La Nación Soñada de Eduardo Posada Carbó; La Personalidad Histórica de Colombia de Jaime Jaramillo Uribe; y Colombia: Lecciones para Venezolanos de Ibsen Martínez.

Lo ideal sería tener garantizado lo que los brasileños denominan mar de almirante y cielo de brigadier. Eso no sucede en un mundo imperfecto. Tenga la certeza que habrá turbulencia, y bastante. Enfréntela con serenidad y cabeza fría. En tiempos de adversidad, recuerde el dicho de los arrieros antioquenos: ‘En cañadas más oscuras nos ha cogido la noche.’ Buena suerte.

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