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Analistas 18/11/2020

Las cartas de Ricardo

Analista LR

¿Cuál es mi concepto acerca del convulsionado tiempo que hoy se vive?
Déjeme, apreciado Enrique, iniciar la respuesta con una sentida conclusión. El mundo es infeliz con el estado actual de las cosas. Todos queremos cambios rápidos y extremos de todo lo que conocemos en una búsqueda desesperada digo yo, de felicidad.

Ahora bien, el mundo no sabe exactamente lo que está buscando pero lucha por obtener algo diferente.

Hoy amigo mío, el mundo oye de pandemias, de guerras, de terrorismo, de hambre, de transformaciones, de desigualdades, etc., y coincide en la imperiosa necesidad de un cambio o de una renovación que satisfaga nuestra población.

¿Me permite se lo expreso con algo más estremecedor?
La creación perdió su verdadera finalidad y ella, la creación, gime y está con dolores de parto.

El mundo, Enrique, está hambriento de respuestas sobrenaturales y está ansioso para observar una renovación repentina y profunda, y aquí quisiera detenerme, dado que esa renovación que tanto se espera, está a la vuelta de cada ciudadano y en las posibilidades de cada nación.

¿Qué por qué nadie habla de ello? Porqué estamos acostumbrados a andar en círculos por el desierto y a recordar cada lugar y cada momento en el que ya habíamos estado antes.

Una especie de dejá vu nos acompaña, incluso nos complace y forma parte de nuestro vivir y nuestro habituar.

¿Me pregunta qué debemos hacer? Recorrer de nuevo nuestras sendas antiguas, revisar el origen de nuestras raíces y afirmados en ellas, un nuevo camino debemos entre todos buscar.

¿Me dice qué si seremos oídos? No sabría decirle, estimado Enrique, entre muchas razones, porque recuerdo siempre que en el tablero actual, otros por ahora portan las fichas blancas por tanto es a ellos a quienes les corresponde jugar.

Dios permita cercano el día en que se invierta ese orden y en nuestro caso, podamos mover aquellas fichas e iniciar para nuestro pueblo la ansiada transformación.

Claro Enrique, también soy consciente que cuando alguien lo vea o le escuche hablando sobre estos temas, seguro le dirán que mucho aún nos falta, tranquilo, solo dígale que lo sabemos, pero que no nos detendremos, que es urgente para nosotros avanzar.

Saludos en casa, por favor, a los suyos con nuestro recuerdo personal y familiar, esperando en breve visitarlos.

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