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Analistas 07/01/2016

Fundaciones sin ánimo de lucro y sin ánimo de pérdida

Ramiro Santa
Presidente Sklc Group
La República Más
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Son varias las empresas, familias y corporaciones que con el propósito de ayudar a mejorar las condiciones de vida de la sociedad y promover los Derechos Humanos, han generado mecanismos de alta efectividad, bajos costos y alto impacto que tiene además la virtud de atraer recursos de diferentes fuentes nacionales e internacionales y estas son las fundaciones Empresariales.

En el pasado estas instituciones fueron creadas con un carácter filantrópico por familias y personas de alto compromiso cívico y con foco en tareas muy específicas, pero desde los años 90 se vienen creando como parte de las estrategias empresariales de RSC, como lo confirma el estudio de la organización DIS y Fundación Promigas, con el auspicio de la Agencia Regional para la Inmigración y Cooperación de la comunidad de Madrid, Secot, Gestrategica y la AFE.

Para el caso de Colombia es importante resaltar que este estudio identificó 129 fundaciones; así también evidenció que de las 100 de las empresas más grandes en el país, 42% han creado fundaciones para aportar a la sociedad. Las inversiones a través de sus propias fundaciones están motivadas en generar conocimientos específicos, hacer una mejor gestión, atraer recursos adicionales, mejorar la inclusión y tener mejores desempeños administrativos.

Solo 35% de las fundaciones son financiadas en su totalidad con los fondos de la empresa y 16% de la totalidad de los recursos de las fundaciones provienen de la cooperación internacional o del Gobierno. Según el estudio en mención en 2012 la inversión de 70 fundaciones se calculó  en US$239,5 millones, donde 81,5% de los recursos se invirtieron en programas de educación, seguido por 64,4% que invierte en desarrollo comunitario, 42,5% que invierte en medio ambiente, 37,9% en temas de paz y convivencia, 36,8% en derechos humanos, 35% en arte y cultura, y 25% en vivienda.

Este vehículo fundacional que es parte fundamental de la estrategia de la RSC de las compañías, cada vez más se legitima por el desarrollo de conocimiento específico, por la forma de relacionarse con agendas muy concretas e intereses compartidos con los gobiernos y la sociedad civil, por su capacidad de atraer recursos económicos y de conocimiento, por sus bajos costos de operación y transacción y por su gran capacidad de ejecución en zonas donde la ausencia del Estado y/o la incapacidad de los gobiernos debe y puede ser complementada por organizaciones de la sociedad civil que en coordinación con las comunidades desarrollan programas en alianzas de todo tipo.

Queda pues en evidencia la importancia y el impacto de todas estas organizaciones que tienen en programas sociales, ambientales, de DD.HH., de desarrollo local, científico, etc., y que en el caso colombiano han trascendido a otras latitudes como es el caso de las ONGs de promoción de los Derechos Humanos como lo es País Libre que trabaja en Venezuela y en México, o como es la Fundación Alcaraván que desde el Casanare ha desarrollado modelos de ganadería exitosos y reconocidos, cómo Actuar Bolívar que ha trascendido en las metodologías de atención de desplazados y famicréditos, las Fundaciones de Agua del Cerrejón, la Fundación Litro de Luz que desde su sede en Boyacá ha generado conocimiento para el mundo desde Colombia, así como Transparencia Por Colombia, Excelencia en la Justicia, Empresarios por la Educación, o la Fundación Oleoductos de Colombia que ha cambiado realidades con sus programas de desarrollo local y hoy ejemplo en propuestas de Mujer y Desarrollo, y todas siempre legitimando la institucionalidad y atrayendo recursos importantes para inversiones transparentes y de alto impacto.

Ahora que está en la agenda del Gobierno revisar las fundaciones para identificar cuáles son de verdad las instituciones que cumplen con una labor para bien de la sociedad y cuáles de forma perversa persigue el lucro para pocos, hago un llamado para que no generen condiciones, tramites, requisitos o costos innecesarios que atenten contra estas instituciones que generan bienestar, desarrollo, conocimiento e inclusión donde el Estado es ineficiente, insuficiente o inexistente.

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