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La campaña de desprestigio contra los "empresarios" hasta ahora viene siendo efectiva pues algunos periodistas y personas del común no se han dado cuenta que nuestro país tiene una de las estirpes empresariales más importantes en el continente. Tenderos de barrio, estilistas con salones de belleza, cocineros que preparan almuerzos, fritos del Caribe, arepas de todas las regiones, artesanos de todo el país, campesinos con sus cosechas, panaderos, plomeros, todos empresarios que hacen parte de más de los más de 2 millones de establecimientos de comercio de donde el derivan el sustento más de 10 millones de personas. Empresarios valientes, expertos y ejemplo para su familia y la sociedad.
Los hay de todos los calibres grandes, pequeños, innovadores, tradicionales, pero son la clase que mueve el país pero que aún nos se reconocen como la fuerza más importante pues su esencia es la de solucionar necesidades de las personas, pero no son consientes de su poder ni han asumido la vocería de una sociedad que necesitamos de sus servicios, de sus productos, de trabajo que ofrecen a la sociedad y de los impuestos que pagan para el beneficio de todos.
Desde este medio de comunicación e información les hago un llamado para que reconozcan su liderazgo y empiecen a ejercerlo a favor del interés común, para que no estemos solo escuchemos a quienes solo quieren puestos y poder. Es hora que estos millones de empresarios se tomen la vocería haciendo las propuestas creativas, distintas, aterrizadas a la realidad de los millones de ciudadanos que representan.
Es ya la hora de reconocer quiénes son los que están en contra del modelo de la libertad de empresa de los que critican a quienes se han arriesgado y que culpan de todos los males a quienes tienen un negocio grande o pequeño, de quienes tienen una casa o una finca pequeña o grande. Ya no más ataques a los empresarios, propietarios, emprendedores, comerciantes y gente que paga impuestos, da empleo y genera bienestar.
Debemos exigirle a los contradictores de la libre empresa que nos expliquen cuál es el modelo que ellos proponen, pues todos sabemos que el comunismo colapsó en 1991 y el tal socialismo del siglo XXI solo ha generado hambre, pobreza y corrupción en Brasil, Argentina, Ecuador, por no hablar de Venezuela, Bolivia y que los hemos sufrido en ciertas alcaldías regalando lo que no les pertenece. Son los mismos que dan discursos para sembrar odio de clases, de género, de razas y de regiones; son los expertos en dar puestos a los amigos cercanos que replican el odio pero y que les gusta ganar sin trabajar; comprar votos con subsidios, pero nada hacen para cambiar realidades como el mejoramiento del sistema de salud con hospitales, de recreación y deporte con parques, ni con la calidad y acceso a la educación con mejor infraestructura para más cupos, ni cultura ciudadana para cuidar de los bienes públicos como las calles, la seguridad ciudadana , el sistema de transporte, etc. Solo odios.
No más con el cuento de izquierda o derecha, es el momento de pensar en la sociedad, ciudad y país que queremos, en el bienestar que necesitamos y así mismo entender que esa construcción solo se hacen con recursos y que los recursos solo se consiguen gracias a las empresas que generan empleo, que a su vez generan más recursos, más empleo y entre lo que pagamos todos podemos asegurar la sostenibilidad social, económica y ambiental.
Necesitamos más conciencia del poder de quienes generan desarrollo, necesitamos a los empresarios pequeños y grandes para acabar con los discursos de odio y de resentimiento entre personas que tenemos y compartimos el mismo sueño de mejores oportunidades, calidad de vida, educación y salud, certidumbre para los ancianos de nosotros y nuestros hijos, que somos el 99% de los colombianos que queremos bienestar, justicia y oportunidades.
