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“Yo definiría estrategia en tres palabras: cambia el juego” así inició el seminario de innovación y estrategia de Alejandro Ruelas-Gossi en la Universidad de Miami.
En el momento en el que uno cree ya que los conceptos están trillados y que nadie está hablando de nada nuevo, llega este personaje, de una forma un tanto desafiante a plantear la innovación, no como una oficina dentro de la empresa para mejorar productos, sino como una estrategia para mejorar y orquestar todo el modelo de negocio de una empresa y de un país completo.
Explica él que las empresas y países siempre han estado orientadas a entender la innovación desde el punto de vista del producto. Y resulta que no sólo se debe innovar, sino también debe tener inmersa una estrategia detrás, desde el punto de vista Allocéntrico, es decir, hacer cosas por los demás esperando generar una red de beneficios y oportunidades para todos, “lo que no tiene nada que ver con el altruismo” señala Ruelas. Para innovar y que se genere un clima de creatividad en las empresas, no es necesario sacar a los empleados del ámbito laboral y llevarlos a talleres de dos días para que pinten y jueguen a ser animales, sino todo lo contrario, deberán estar dentro de la empresa bajo una estrategia de innovación.
Según él existen 4 fantasmas que hacen que los países en desarrollo se mantengan allí y su economía no prospere: primero, el miedo de los empleados a ser despedidos por la crisis financiera; segundo, el estancamiento de salarios; tercero, créditos no sostenibles; y cuarto, el bajo retorno de la inversión. Dichos fantasmas se combaten con una estrategia de orquestación, lo cual incluye pensar en las siguientes variables: primero, no más industrias y empresas orientadas al bajo costo. Todo el mundo hoy quiere que los precios sean más baratos, ejemplo de aerolíneas, alimentos, ropa, etc, sin darse cuenta que este tipo de iniciativas conllevan menores salarios para los empleados, es decir, menor ingreso, y menor ingreso da menor consumo, por lo que la económica baja su rendimiento. Segundo, hoy las empresas quieren hacerlo todo: fabricar, distribuir y vender, modelos de cadena de valor que están ocasionado el síndrome de las maquilas y que no haya especialización ni investigación y menos, desarrollo, por lo que hacer millones de cosas al mismo tiempo produce bajas en calidad y sofisticación. Tercero, falta de estrategia y observación pues las empresas y los países no tienen en consideración, de forma conjunta, cuatro variables que son importantes al momento de establecer su estrategia: la macroeconomía, la microeconomía, las regulaciones y la tecnología. Al no integrar de forma conjunta estas variables caen en los mismos errores que, sumados los años, afectan la económica de un país.
Cuenta Ruelas que cuando una empresa orquesta, genera maravillas como en su momento lo hizo Steve Jobs en Apple, es decir, tenía claro que había algo en lo que era realmente excelente, hizo interfaces con un gusto en diseño increíble, sabía también que necesitaba quién o quiénes produjeran las diferentes partes, así que decidió orquestar para producir un sinfonía maravillosa llamada iPhone. Cuando las empresas se especializan en eso que son excelentes y generan una red de conocimiento y ejecución entre los diferentes actores, se pasa de tener competidores a generar una red de aliados y es allí cuando todos ganan. El punto es buscar el “Vantage Point”, aquello en lo que se es excelente, sumarlo a la emoción, el alto valor y la estrategia de orquestación. De esta manera, según Ruelas, pasaremos de un mundo que produce lo que necesitamos, en el que se encuentra 99% de las empresas, a un mundo en el que producimos lo que queremos.
Así, cada país y cada industria, si quieren realmente innovar, deben no sólo centrase en el producto sino en el modelo de negocio en conjunto, dejar de ver competidores y más bien establecer redes de aliados, y orquestar para que el país crezca y todos ganemos.