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Analistas 23/10/2021

Lo híbrido: lo mejor de las modalidades

P. Harold Castilla Devoz
Rector General de Uniminuto

El mundo ha enfrentado una situación sin precedentes provocada por la covid-19 y luego de más de un año y medio de la declaración de pandemia, la pregunta que se hacen las Instituciones de Educación Superior es: ¿Se puede volver a las clases presenciales 100%? Expertos han recomendado implementar modelos de trabajo híbrido que permitan disminuir el riesgo de contagio, sin embargo, ¿qué significa desarrollar un programa académico en modalidad híbrida?

Ciertos autores definen este modelo como una combinación entre modalidades como la virtual y la presencial, incluso como remota, la cual surgió de impartir clases sincrónicas para reemplazar la presencialidad durante el confinamiento. Más allá de las definiciones, este periodo ha generado aprendizajes invaluables al incorporar innovaciones educativas para mantener la prestación del servicio educativo. Ante la incertidumbre, es necesario que el sistema educativo continúe fortaleciéndose y aproveche las tecnologías para fomentar el aprendizaje y, por ende, la inclusión de la población bajo esquemas de calidad. Para el caso de Colombia el Sistema de Aseguramiento de la Calidad acoge la posibilidad de impartir, en el futuro, programas en diferentes modalidades. Adicionalmente, en un mundo cada vez más automatizado es pertinente debatir entonces si la modalidad híbrida es coyuntural o permanente.

La pregunta que nos surge es: ¿Qué es la educación híbrida?...¿Y qué no es? En varios artículos se trata de definir la educación híbrida antes y tras la pandemia, y cómo esta aceleró una tendencia hacia la digitalización de la educación que mostraba avances, pero no los suficientes para cuestionar del todo el paradigma educativo. Con la llegada de la covid-19, estos interrogantes se formulan con mayor contundencia, en el sentido de aprovechar los aprendizajes de la emergencia sanitaria, y no volver a la “antigua normalidad educativa” por simple inercia, aunque reconocemos la necesidad del encuentro presencial por varias razones, siendo la más importante la que tiene que ver con la dimensión psicoemocional de los estudiantes.

La modalidad educativa híbrida, también conocida como mixta, es un modelo educativo que mezcla la educación a distancia con la presencial, en la consideración y aporte de los aspectos positivos que cada una de esas modalidades ofrece para maximizar la eficiencia general del aprendizaje (Saavedra, Mateos, Hernández y Contreras, 2021). Es el resultado de una transición abrupta entre la educación en modalidad presencial y la modalidad de la enseñanza remota de emergencia, un modelo aún en construcción de los procesos de enseñanza - aprendizaje en ambientes mixtos. Es fundamental precisar que la educación híbrida no es la enseñanza remota de emergencia. La educación híbrida combina la educación presencial y remota a través de distintos medios como plataformas de aprendizaje en línea, televisión o radio. Los expertos señalan que se requiere más que solo distribuir tareas entre una modalidad y la otra. Se requiere repensar la educación y desarrollar modelos de enseñanza y aprendizaje que capturen la atención y el interés de los estudiantes por aprender de maneras diferentes.

Me atrevo a decir que la educación híbrida es una modalidad en construcción que ha venido siendo entendida e implementada en diferentes grados y escalas, a la medida de las circunstancias y de las capacidades institucionales y de las comunidades académicas. Permite combinar estratégicamente lo mejor de la presencialidad, de la virtualidad y de lo remoto, de lo sincrónico y asincrónico; reconoce el valor de lo multimodal, a favor de las necesidades individuales, experiencias y trayectorias de aprendizaje de los estudiantes, y le imprime mayor flexibilidad, adaptabilidad y dinamismo al proceso de enseñanza-aprendizaje.

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