Recuperar la confianza global: el rol de la juventud y el turismo

Para nadie es un secreto que el mundo afronta una crisis de confianza en sus instituciones. Parte de ella, se atribuye a la tensión geopolítica, la reconfiguración del orden mundial, la falta de pragmatismo y resultados tangibles.

Cuando escucho a la juventud en diferentes partes del planeta, veo preocupación, desilusión y rechazo por mantener el mismo modelo. Siempre lo he dicho, los jóvenes somos el presente. En nuestras manos, las de los líderes que tenemos la oportunidad de participar en los organismos multilaterales activamente, está restaurar esa confianza.

Eso solo será posible con integridad, innovación y propósito. Es decir, traducir el día a día en un trabajo constante por abrir el camino y generar oportunidades sólidas para las nuevas generaciones.

La realidad, habla por sí misma. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cerca del 20% de los jóvenes entre 15 y 24 años no estudian, trabajan o están recibiendo algún tipo de formación. Una cifra que se traduce aproximadamente en 67 millones de personas desempleadas en el mundo.

Yo estoy convencida que el turismo, como gran empleador de jóvenes en el planeta, es el vehículo que puede impulsar la tan anhelada cohesión social. Las cifras dejan clara la importancia del sector a nivel global: el turismo representa cerca del 3% del PIB mundial, genera uno de cada 10 puestos de trabajo en el planeta. Pero, además, la mitad de su fuerza laboral está compuesta por personas de 25 años o menos.

Oportunidades laborales para la juventud

El entorno laboral se está transformando en todos los sectores. Sin duda, todo lo que fortalezca las humanidades, el uso de la tecnología y la innovación cobrará vital importancia.

Según el informe más reciente del Foro Económico Mundial, sobre los empleos del futuro, hay habilidades sociales que han aumentado en importancia en casi un 20% en los últimos dos años. Estos son el liderazgo, la influencia social y la resiliencia. A ellas se suman dos habilidades más técnicas, que están muy presentes ya en el sector turístico, la inteligencia artificial y el big data, con un aumento del 17%.

Esta mezcla de humanidades y tecnología hace que surjan nuevas formas de comunicación y tres nuevos escenarios. El primero: con 5.560 millones de personas conectadas a internet en el mundo -casi un 68% de la población mundial-, los nativos digitales que dominen las formas de comunicar en las plataformas tendrán ante sí una audiencia global a la que atraer hacia destinos turísticos, culturas locales y con la que crear nuevas narrativas.

El segundo: utilizar el poder de las redes sociales en el marketing de destinos como oportunidad de convertirse en líderes de opinión, embajadores de experiencias, comunidades, promoviendo emprendimientos y nuevas formas de viajar. Y esto, con la riqueza cultural y natural con la que cuenta Colombia y el carácter emprendedor de su gente, constituye una opción real.

Además, de estos dos escenarios se presenta un tercero para quienes dominen esas habilidades: el emprendimiento en tecnología turística. El papel del turismo en la agenda digital global es solo del 1%, lo que supone una oportunidad real para crear startups en el sector que ofrezcan nuevas soluciones a los problemas a los cuales nos enfrentamos como: medir la capacidad de carga en los destinos, la saturación, desestacionalización y hasta crear aplicaciones para vencer las barreras del aprendizaje.

Siempre mi compromiso estará firme con los jóvenes. Todos encuentran en el turismo a una aliada, pero hoy hago un llamado a todos aquellos que me leen, a darme más ideas e inspirarme de cómo a través de la innovación, la educación y las inversiones podemos tener a más jóvenes colombianos en posiciones de liderazgo.