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Analistas 06/10/2020

El mercado laboral empezó a responder a la reactivación de la economía

Mauricio Santa María
Presidente de Anif

*En colaboración con el equipo de Investigadores de Anif

En días pasados, el Dane publicó las cifras del mercado laboral correspondientes al mes de agosto de 2020. En esta ocasión, la Tasa de Desempleo (TD) se ubicó en 16.8%, lo que implica un deterioro de 6pp respecto a lo observado un año atrás (10.8%). Por el lado de los ocupados, se reportaron 2.4 millones de empleos menos (equivalente a una contracción de 10.9% anual), con lo cual la pérdida de ingresos de los hogares en el mes de agosto sumó $2.6 billones. Por su parte, la población desocupada sumó 4 millones de personas, lo que representa un aumento de 1.3 millones en términos absolutos y de 48.1% en términos relativos.

A pesar de las cifras apenas presentadas, el resultado del mes de agosto revela resultados positivos que vale la pena mencionar y que son consistentes con el inicio de la reactivación económica. Pareciera ser que el período más complejo de la emergencia económica y social ocasionada por la pandemia, cuando la TD osciló alrededor de 20% a nivel nacional, ya se ha superado.

En efecto, pese a que todavía se observan aumentos en el desempleo frente a lo observado en 2019, la variación anual de 6pp en la TD de agosto es significativamente inferior a los incrementos promedio de 10pp que se venían presentando entre abril y julio. Eso es consistente con un menor deterioro observado en el desempleo urbano, que registró una TD de 19.6% en las 13 principales ciudades, después de registros superiores a 22% desde abril.

Con esto en mente, en este Informe Semanal hacemos un balance de las últimas cifras del mercado laboral que ya empiezan a reflejar una dinámica de reactivación de la economía. Eso sin dejar de llamar la atención sobre los principales desafíos que enfrenta la política pública para impulsar un mercado laboral que, recordemos, venía dando muestras de deterioro desde antes de la pandemia. Los problemas estructurales que se habían identificado asociados a fallas del mercado laboral para mujeres y jóvenes se recrudecieron durante la pandemia y, por consiguiente, ahora que se está pensando en un escenario de recuperación, las políticas activas de generación de empleo, así como los programas de transferencias, deben tener un claro énfasis en esos grupos poblacionales.

Principales resultados del mercado laboral en agosto de 2020

La TD fue de 16.8% en agosto (vs. 10.8% un año atrás) y el número de desocupados alcanzó los 4 millones de personas (vs. 2.7 millones). En el área urbana (13 ciudades y áreas metropolitanas), la cual representa más del 43% de la Población Económicamente Activa (PEA), salieron de la ocupación 1.4 millones de personas (del total de 2.4 millones de empleos menos a nivel nacional) y los desocupados aumentaron 64%, para un total de 2.2 millones. Allí, la contribución a la caída total de los ocupados se mantuvo cercana a 60% y la TD llegó a 19.6%. De esa manera, el promedio de la TD nacional en los últimos 12 meses fue de 14.6% (vs. 10.4%), ver Gráfico 1.

Por su parte, el total de ocupados en el país llegó a los 19.7 millones, lo cual, a pesar de que representó una disminución de 10.9% respecto a agosto del año pasado, quiere decir que la contracción anual en los ocupados se contuvo y dio un salto favorable respecto a lo observado en meses pasados (ver Gráfico 2). Con eso, la Tasa de Ocupación (TO) fue de 49.3% (vs. 56.1% un año atrás), lo cual denota una recuperación respecto al registro de los últimos tres meses (ver Gráfico 3).

La pérdida de ingresos laborales se contuvo

Como ya lo mencionamos, la pérdida de ingresos de los hogares sumó $2.6 billones en agosto. Esa cifra es significativamente menor que la registrada en los cuatro meses anteriores y moderó el crecimiento del acumulado de pérdidas efectivas, que sumaron $24.1 billones (2.4 puntos del PIB), ver Gráfico 4. Recordemos que, hasta el momento, se han desembolsado apoyos por $11.1 billones para empresas y hogares, cifra muy inferior a la pérdida acumulada en los ingresos laborales mencionada anteriormente.

De esos recursos, $5.7 billones se han destinado para apoyar la creación de empleo por medio de garantías para créditos a la nómina y el Programa de Apoyo al Empleo Formal (PAEF). Para mitigar la caída en los ingresos de los hogares se han desembolsado $5.4 billones a través del programa de ingreso solidario, la devolución del IVA y los giros extraordinarios de los programas sociales ya existentes como Familias en Acción. Eso demuestra, además, que los esfuerzos del Gobierno Nacional en transferencias a los hogares y las empresas, los cuales han sido clave para mitigar el impacto, sólo resultan realmente efectivos en la medida en que se entiendan como un complemento y no un sustituto de la puesta en marcha de la economía.

Por otro lado, al analizar la ocupación en las principales ciudades se observa que el desempeño de Bogotá fue nuevamente muy desfavorable, incluso en medio del mayor dinamismo que empezó a exhibir la economía. En efecto, 42% de los nuevos desocupados en agosto en las 23 ciudades y áreas metropolitanas estuvo en Bogotá, con lo cual la participación de la ciudad en el total aumentó a 36% (vs. 32% un año atrás).

Así, el Gráfico 5 muestra que la capital aportó 35% a la pérdida total de ingresos en el mes y 18% a la caída total de ocupados. Nótese cómo esos porcentajes son superiores a los de las demás principales capitales del país y, además, sobrepasan la participación de la ciudad en el total tanto de ocupados como de ingresos laborales. Con todo eso, la TD en Bogotá para el trimestre móvil junio-agosto fue de 24.1%, por encima del registro de Medellín (22.6%), Bucaramanga (22.1%) y del total de las 13 principales ciudades del país (23%).

Como ya lo hemos mencionado, el evidente rezago de la capital, que también se observó en julio, obedece a que en el período de análisis aún se mantenían en vigencia las cuarentenas sectorizadas como medida para mitigar el contagio del SARS-CoV-2. Lo anterior a pesar de que, como hemos señalado en ocasiones anteriores, esas medidas parecen no tener efecto sobre la tasa aproximada de mortalidad y sí un alto costo económico (ver Informe Semanal No. 1514 de septiembre de 2020). Seguramente, el panorama del empleo en agosto habría sido más favorable si en Bogotá, que representa el 25% del PIB de Colombia, se hubiera reactivado la actividad económica de forma más consistente y coordinada con las autoridades nacionales.

La brecha de género en el mercado laboral aumentó y afectó a los jóvenes

Un hecho que resulta preocupante es que la brecha de género en el mercado laboral se haya seguido ampliando en agosto. En efecto, la pérdida anual de 2.4 millones de empleos recayó más que proporcionalmente sobre las mujeres, que aportaron 1.5 millones a esa caída, mientras que los hombres 0.9 millones.

Por su parte, la población joven (menor de 25 años) aportó 20% a la caída en la ocupación, porcentaje más que proporcional a su participación en el total de ocupados que equivale al 16% (ver Gráfico 6). Ese último hecho también afectó con mayor severidad a las mujeres, pues aquellas menores de 25 años aportaron 11% a la reducción en los ocupados, casi el doble de su participación en el total (6%).

Por otro lado, nótese que, mientras que los hombres representaron un 52% del total de ocupados mayores de 25 años, las mujeres en este rango de edad contribuyeron en casi la misma proporción a la caída total de empleos. De esa manera, en el trimestre móvil junio-agosto, la TD en las mujeres fue de 24.2% (vs. 13.4% un año atrás), mientras que la de los hombres fue de 15.3% (vs. 8%), con lo cual la brecha de género en el desempleo llegó a 9pp (la más alta desde 2003) y se incrementó en 3.5pp en el trimestre móvil junio-agosto (vs. 3.4pp en el período anterior).

Consistente con eso, cabe anotar que, como veremos más adelante, los sectores que presentaron mayores pérdidas de empleo corresponden a aquellos en los que predomina el trabajo femenino, como comercio (1.507.000 mujeres ocupadas en el trimestre mayo-julio1), servicios sociales (1.253.000) y actividades culturales y de entretenimiento (886.000). Por eso, el diseño de políticas públicas para impulsar la recuperación del empleo femenino debe partir por la reactivación de aquellos sectores donde las mujeres juegan un papel preponderante.

Análisis de los resultados sectoriales

A nivel sectorial, el Gráfico 7 muestra que las mayores caídas en el nivel de ocupados se registraron primero en comercio y reparación de vehículos (516.000 empleos menos), como resultado del menor dinamismo de la demanda interna y perjudicado en particular por las cuarentenas sectoriales a lo largo del mes. Segundo, en entretenimiento (-422.000), dadas las restricciones que siguen operando para la realización de eventos y actividades con aglomeración de personas. Tercero, en alojamiento y comida (-356.000), debido a la debilidad de la demanda y a las restricciones de aforo en la mayoría de establecimientos. Cuarto, en servicios sociales (-310.000), como resultado de la persistente disminución en el uso de servicios de salud diferentes a los relacionados con el virus y la semi-presencialidad de los servicios educativos.

Por último, en transporte y almacenamiento (308.000), dada la lenta reactivación del transporte aéreo y la caída en los volúmenes de carga y almacenamiento. Cabe mencionar que en los sectores de actividades empresariales (-258.000), construcción (-188.000) e información y comunicaciones (-73.000) las pérdidas de empleo que se registraron en el mes de agosto superan las de julio. Por su parte, los ocupados aumentaron en los sectores de: (i) agricultura (137.000), lo cual se explica por el aumento en los cultivos agrícolas permanentes; (ii) actividades financieras (19.000); y (iii) electricidad, gas y agua.

En cuanto a los resultados por posición ocupacional, las cifras de agosto denotan algo de mejoría frente a lo observado un mes atrás. En efecto, se observaron variaciones positivas en las categorías de jornalero (47.000 nuevos ocupados en agosto), empleado del gobierno (16.000) y trabajador sin remuneración (1.000), ver Gráfico 7. Sumado a lo anterior, el deterioro en los trabajadores por cuenta propia en agosto (-644.000) fue menor que el de julio (-905.000), lo cual responde a la reactivación de más actividades productivas.

No obstante, la mayor pérdida de empleos en los trabajadores asalariados (-1.387.000 en agosto y -1.861.000 en junio-agosto) demuestra la difícil tarea que enfrenta la economía en la recuperación del empleo formal, en particular, dadas las fricciones del mercado laboral que han contribuido al aumento del desempleo en los últimos años. Por eso, como ya lo hemos enfatizado, es clave que el país empiece a discutir reformas que permitan flexibilizar la contratación en este segmento.

Conclusión

Los resultados del mercado laboral de agosto no dejan duda, la apertura consistente y generalizada de la economía repercute de forma directa en un menor deterioro del empleo y en la contención de la pérdida de ingresos de los hogares. De igual forma, muestran que el desempleo en el país pudo ser incluso inferior si se hubiera dado una apertura más coordinada en las principales ciudades, sin tener que caer en medidas que resultaron ineficientes, como las cuarentenas parciales y sectorizadas.

En ANIF, esperamos que las recientes cifras de empleo adviertan que la reactivación debe mantener su ritmo y que imponerle reversiones innecesarias resulta excesivamente costoso para los hogares, que ya han perdido más de 2 puntos del PIB en ingreso. De igual manera, vemos con buenos ojos el desarrollo de la nueva fase de aislamiento selectivo responsable (Decreto 1168 de agosto de 2020) de cara al desempeño del mercado laboral en septiembre.

Por otro lado, a la luz de las cifras recientes, llamamos la atención sobre la necesidad de implementar políticas con énfasis en la generación de empleo de mujeres y jóvenes, pues en ellos ha recaído con más fuerza la pérdida de empleos. Es clave que esas políticas pasen por atacar las rigideces que enfrenta el mercado laboral para la contratación formal, lo cual implica abordar con urgencia la discusión sobre la necesidad de adelantar reformas estructurales en este frente.

El ritmo de recuperación del grueso de la economía de cara al año que viene dependerá de eso. De esa manera, esperando un ritmo moderado pero consistente de recuperación del mercado laboral en los próximos meses, vemos el cierre del año con una TD promedio en el rango entre 16.5% y 17.5% (vs. 10.5% en 2019).

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