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Tribuna Universitaria 20/12/2023

Novena política navideña

Martín Pinzón Lemos
Estudiante de Comunicación Social y Periodismo U. de la Sabana

Petro llegó tarde. Acusaba un golpe en la rodilla y le pidió a Uribe organizar la Novena en El Ubérrimo a última hora. Al bajarse de la caravana, Santos lo regañó porque se había terminado la mermelada. El ministro Jaramillo se la dio toda a los verdes. Lo otro verde, que se acabó, fue la dosis de… cilantro, ya que se la confiscaron en la entrada a Luis Fernando Velasco. Él quería brindar con cilantro y no con whisky, debido a que este último era Blue Label. El ministro del Interior sólo bebe del rojo.

La Navidad es una época mágica y los políticos deberían aprovecharla para escuchar con atención las lecciones que el fin de año deja en los corazones de los hombres. Las novenas navideñas son esos eventos donde -entre los villancicos, cañonazos (bailables, por supuesto), buñuelos y natilla- se aprende sobre la virtud, la familia y la historia de la Salvación.

Desde este humilde espacio, recogí tres moralejas útiles para más de uno, en especial muchos políticos del actual gobierno. Así que agarre papel y lápiz:

Lección 1: Acomodarse a las circunstancias. Usted no puede rechazar un buñuelo en una novena o ponerse a gritar groserías en plenos gozos (o en cualquier otra parte), porque estaría fuera del lugar. Esto último le ocurrió al ponente de la reforma para legalización el cannabis recreativo, Inti Asprilla. Él decidió usar el verso musical reguetonero para defender su postura. “Papi, nos perdemos, nos parqueamos y nos prendemos... Pasamos por el barrio por hierba (…) Hoy se bebe, hoy se fuma (...) Dos cervecitas, un coco loco, un ‘baretico’ y nos fuimos a lo loco (…)”, entre otros proverbios, fueron los argumentos que, por tratarse de la plenaria del Senado, sirvieron fue para archivar el proyecto de ley.

Lección 2: ¡prestar atención en la novena! Si dice “¡Oh sapiencia suma del Dios soberano, que al nivel de un niño te hayas rebajado!” no se refiere ni remotamente a “¡Oh sapiencia del ministro de Salud, que a falsificar tu posgrado te hayas rebajado!” En esa confusión, al ministro Jaramillo lo acusan de mentir sobre sus estudios de posgrado en Suecia. Él se defiende mostrando su convalidación en 1995. Sin embargo, lo que sí se rebajó fue el prestigio de una reforma a la salud entre tanta polémica.

Lección 3: Auxiliar a quien lo pide. Cuando en la novena se reza “ven prontamente para rescatarnos y que un Niño débil muestre fuerte brazo”, el creyente espera el amparo de Dios. Si -según el informe del Sistema de Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo de la Policía del primer semestre de 2023- aumenta el hurto 23%, hay 29 extorsiones al día y se roba un teléfono cada cuatro minutos, entonces el Ministerio de Defensa debe espabilar y actuar. Y eso por no hablar ni de guerrillas, narcotráfico o secuestro.

Por supuesto, no puede faltar el bono como aguinaldo:

Ñapa: “La prudencia hace verdaderos sabios”. El afán y la provocación son malas consejeras. El presidente parece carecer de esta virtud, en especial mientras utiliza su cuenta de X (antes Twitter). Esta virtud, que ha servido a sus poseedores a lo largo de la historia, debe cultivarse para el bien de todo un país, toda Colombia.

Es irresponsable que el Petro activista, muchas veces, le gane al presidente y estadista. Esto no es una cuestión ideológica, sino un requisito en su rol. El sacar adelante a la Nación fue un deber que asumió en su posesión presidencial. Ahora, debe comportarse a la altura de la circunstancia: como jefe de Estado.

Definitivamente las novenas guardan unas enseñanzas que la tradición nos inculca. Ojalá podamos aprender de ellas, con énfasis en quienes -estando en posiciones de autoridad y mando- necesitan de principios para llevar a buen puerto a Colombia. De lo contrario, habrá que mirar a la estrella de Belén, pero de 2026.

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