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Analistas 25/05/2021

Perspectiva tributaria, un enfoque determinante para el comercio electrónico

María Fernanda Quiñones
Presidente Ejecutiva de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico
Analista LR

El comercio electrónico es un importante motor de crecimiento económico, sus bondades repercuten en una mayor satisfacción de las necesidades de personas y empresas, que encuentran en este canal diversificación y eficiencia en sus posibilidades de mercado. En Colombia, la pandemia ha transformado el comercio digital en un valioso “activo” que constituye hoy como un nicho de oportunidades de desarrollo y de reactivación para el país.

El comercio electrónico, más que una actividad industrial o comercial, es un canal transaccional, transversal a cualquier actividad económica, pero además es un habilitador de indicadores de desarrollo, relacionados con conectividad, apropiación digital e inclusión financiera.

Sobre esta línea, un planteamiento de reforma tributaria debe habilitar un ambiente propicio para impulsar la industria, la ruta fiscal que aborde el Gobierno Nacional, debe enfocarse entonces en la sostenibilidad del desarrollo de estos modelos de negocio, permitiendo aprovechar los beneficios que, en términos de recaudo fiscal, entrega a la economía la digitalización del consumo de los colombianos. Se debe entonces partir de una aproximación técnica sobre las diferentes industrias que pueden tener una afectación y que interactúan entre sí para hacer del canal digital una realidad.

Es innegable que el sector está en disposición de contribuir al desarrollo del país y a la superación de esta crisis, pero creemos que esa contribución se debe dar con una visión mas prospectiva que inmediatista, que permita realmente entregar todas las eficiencias que está en capacidad de proveerle a la economía en el mediano y largo plazo. Si se gravan bienes o servicios esenciales al desarrollo de la industria como los de acceso a internet, logística o los dispositivos que permiten acceder a la digitalización, o como los pagos digitales o la publicidad en internet podrían darse afectaciones para el desarrollo de la industria en su conjunto.

En 2019 las ventas de comercio electrónico representaron 3% del total del consumo en Colombia, con una tendencia de crecimiento constante, pasando de $22,2 billones en ventas en 2019 a $29 billones en 2020. Aunque las cifras son muy alentadoras lo cierto es que en comparación con el comportamiento global e incluso regional, el comercio electrónico nacional presenta un crecimiento histórico relativamente discreto que fue potencializado principalmente por la pandemia; hecho coyuntural, que no le atribuye per se sostenibilidad a esta tendencia, a menos que se propicie desde todos los ámbitos un ambiente favorable para su desarrollo; por supuesto la perspectiva tributaria adquiere así un rol determinante en este cometido, dado que puede permear positiva o negativamente las condiciones de desarrollo que cada eslabón de la cadena de valor tiene actualmente.

Así las cosas, consideramos que las medidas impositivas que se propongan por el Gobierno no pueden constituir un costo más significativo que el beneficio que reporta a la economía el desarrollo de los negocios digitales.

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