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En las elecciones del 17 de junio, que definieron el Presidente de Colombia por los próximos cuatro años, salió vencedor Iván Duque con 10,3 millones de votos, mientras que Gustavo Petro obtuvo 8,03 millones. La abstención fue del 47% lo que indica que la participación electoral aumentó de forma inusitada, algo que es buena noticia en aras de profundizar la democracia y evitar que el clientelismo siga avanzado.
Sin embargo, este proceso democrático deja una serie de lecciones y abre varios interrogantes que requieren ser investigados y caracterizados correctamente. El primero de ellos, es que existe una profunda división entre quienes apoyaron el plebiscito por los acuerdos de la Habana y la población que no siente que esa negociación fue llevada de forma adecuada.
Eso se puede probar a través de la correlación existente entre los votantes del Centro Democrático y el porcentaje de votación que obtuvo el No durante la consulta por el acuerdo de paz, en otras palabras, una proporción de votación elevada por Iván Duque representa una alta participación por el No; igualmente sucede con la correlación entre Gustavo Petro y quienes votaron por el Sí en el plebiscito.
Sin embargo, el hecho de que exista ese comportamiento no implica una relación causal o una caracterización plena del votante, simplemente informa un hecho que no puede ser explicado, porque tras esta historia, se requiere toda una serie de análisis e identificación del votante del cual no se dispone información.
Existe una segunda correlación que implica, que los municipios donde ganó Iván Duque son aquellos que tienen mejores condiciones económicas, medidas a través del índice de necesidades insatisfechas o del indicador de distribución del ingreso, que terminan dando resultados similares; un resultado que también seguía este comportamiento, era la votación por el No.
Así mismo, sucede con Gustavo Petro, que gana en municipios con peor desempeño económico, por lo que el candidato progresista gana en seis de los 10 municipios más afectados por los cultivos ilícitos y la violencia.
Esto son simples correlaciones, que no pueden llevar a generalizaciones, como, por ejemplo, que las familias con menores ingresos votaron por Gustavo Petro, mientras que lo de mayores ingresos, por Iván Duque.
Sin embargo, estos resultados ocultan información que no está disponible, además como en Colombia no existen encuestas al momento de realizar la votación, se dificulta trazar políticas públicas de tipo electoral y así comprender por qué los votantes toman este tipo de decisiones.
No obstante, intelectuales y académicos sobre este tipo de datos de correlación, han señalado con el dedo acusador, de ignorantes a quienes eligieron a Iván Duque, pues bien, la correlación indica que los municipios con mejor desempeño en la prueba saber votaron por el Centro Democrático.
