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Analistas 21/11/2023

Protección y empoderamiento

Luis Fernando Vargas-Alzate
Profesor titular de la Universidad Eafit
LUIS-FERNANDO-VARGAS

Hace ya muchos años, un documental creado por la productora española “Tus Ojos”, bajo el título “En el mundo a cada rato” y que fue auspiciado por Unicef-España, llamó mi atención sobre las realidades en diversos lugares del mundo, dentro de los que se mencionó a Malawi, un territorio de África Suroriental sin salida al mar. En días recientes, tan pronto escuché el nombre de ese pequeño país, me resultó inevitable recordar dicho cortometraje y detenerme a revisar su situación contemporánea.

Malawi, cuya capital es Lilongüe, fue centro de atención la semana anterior a causa del encuentro y visita bastante mediática de Michelle Obama, Melinda French Gates y Amal Clooney quienes, junto con otras personalidades y representantes africanas, prosiguieron con sus esfuerzos en la erradicación, entre otros denigrantes asuntos, del matrimonio infantil. Este último es uno de los temas más neurálgicos con los que el Sistema de Naciones Unidas se comprometió desde 2015 con la definición de la agenda global, pero que para muchas sociedades occidentales pasa desapercibido. No sobra recordar que se incluyó en el quinto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (inciso tres) para “eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina”.

En general habría que señalar que ha habido grandes e importantes avances en la eliminación de las desigualdades de género en todo el mundo, y sin embargo aún existen situaciones que son vergonzosas. A groso modo puede notarse que la participación femenina en la fuerza laboral ha aumentado, la alfabetización femenina y acceso a la educación refleja también interesantes ascensos, el número de mujeres en cargos directivos y posiciones de poder político sigue en ascenso gradual. Pero es fundamental que eso no esconda otras realidades lamentables que en muy poco han cambiado, escudándose en asuntos relativos al arraigo cultural de los pueblos y las comunidades.

Una de esas realidades se relaciona con el matrimonio infantil. El encuentro entre esas tres grandes mujeres, junto con otras lideresas africanas, es una nueva oportunidad para llamar la atención frente a la protección y el empoderamiento de la mujer en todos los contextos y escenarios en los cuales se evidencia maltrato. Las cifras más recientes ofrecidas por los organismos multilaterales reportan que una de cada cinco mujeres jóvenes (19%) ha contraído matrimonio antes de su mayoría de edad. Además, las dos regiones más críticas frente al tema son África Subsahariana y América Latina y el Caribe, donde se normalizó desde hace décadas casar a las niñas antes de que alcancen jurídicamente el poder y la capacidad de decidir.

Con las tendencias contemporáneas, (si es que éstas se mantienen), el mundo sólo verá el final del matrimonio infantil dentro de tres siglos. Además de esa lamentable prospectiva, será casi un hecho que en los próximos siete años habrá unas diez millones de niñas obligadas a contraer matrimonio en el mundo antes de alcanzar su mayoría de edad.

Urge que esfuerzos como los de Obama, French y Clooney no se conviertan en algo tan exclusivo. Al contrario, todos los logros expuestos por los organismos multilaterales deben ser afianzados por cada vez más personas que entiendan la necesidad de proteger y empoderar a las mujeres, de todas las edades y en todos los contextos. ¡Que lo de Malawi nos impacte a todos!

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