Reforma educativa

El Gobierno, a través de la Ministra de Educación, dio a conocer el borrador de las reformas a la educación. Son dos iniciativas: la ley estatutaria de educación y la reforma a la Ley 30 que regula la educación superior. Me referiré a la primera.

La reforma estatutaria está focalizada en desarrollar el derecho fundamental a la educación con una concepción triple como derecho, deber y servicio público, que le da una perspectiva integral y con una perspectiva de todo el sistema educativo, desde la educación inicial hasta la de para toda la vida. Los principales responsables: El estado, la sociedad y la familia, recuerda oportunamente que la educación es un compromiso de todos. Tiene un acento muy grande en inclusión en todo sentido, económico, social, étnico, etc. y de respeto y cuidado de la persona y sus procesos, es decir, el ritmo lo coloca la situación específica de cada uno, lo que significará esfuerzos muy grandes para que sea una realidad. Como está planteado, puede llevar a situaciones concretas muy complejas para las instituciones, debe haber ciertos límites.

La naturaleza y fines de la educación se concibe así: “La educación es un derecho fundamental de todas y todos los colombianos que busca garantizar la formación integral inclusiva, equitativa, con calidad y el pleno desarrollo de la personalidad, el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales, el acceso al conocimiento, a la ciencia y a los demás bienes y valores culturales”. Echo de menos una referencia explícita de formación de ciudadanos para vivir en democracia. De otra parte, reconoce que en el sistema participan actores públicos, privados y mixtos, lo que le da el mensaje de colaboración entre todos para sacar adelante la educación, que reconoce lo que ha sido históricamente el sector.

Tenemos, pues, un borrador que permitirá una base interesante

Los elementos esenciales del derecho son: Disponibilidad, que implica cobertura y recursos; Accesibilidad en condiciones de igualdad de oportunidades para todos sin ningún tipo de discriminaciones. Aceptabilidad, es decir, calidad promovida y vigilada por el Estado. Y adaptabilidad del sistema al estudiante, y no al contrario como es lo que hemos vivido en nuestra historia.

En los principios que la inspiran, hay una lista esperable: universalidad, igualdad y equidad, por ser un derecho fundamental, lo mismo que todos los esfuerzos por inclusión e interculturalidad. Muy bueno que hayan colocado la eficiencia y sostenibilidad para que el gasto e inversión en educación tenga indicadores y evaluación, que tanto molestan a algunos. Por otra parte, no vi la libertad de elegir la educación para los hijos, tampoco la libertad de cátedra para los docentes. Finalmente, considero que se debería dar mayor libertad y flexibilidad a los planteles para asegurar una formación más plural y pertinente en el país.

La reforma expresa un alto interés por propiciar más la participación de todos los actores en el manejo de las instituciones educativas. Estudiantes, padres de familia y docentes. No quedó tan acentuado un necesario diálogo permanente con los agentes del sector productivo, que nos ha hecho mucha falta en el país y que debería propiciarse.

Tenemos, pues, un borrador que permitirá una base interesante para analizar, el diálogo queda abierto. Y bueno que sea haga de manera amplia y con tiempo, sin correr.