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Analistas 04/10/2022

Progreso con liderazgo colectivo

Luis Felipe Gómez Restrepo
Profesor Universidad Javeriana Cali

Hoy conocemos el trabajo colaborativo como las dinámicas en las que un grupo de personas o instituciones trabajan juntas, intercambiando ideas, propuestas y cruzando estrategias con el fin de concretar un objetivo común. Pero el trabajo conjunto no basta, éste debe ir acompañado de un liderazgo, el cual también ha de caracterizarse por ser colectivo, a través del cual se propicie que todos los actores puedan compartir e intercambiar sus conocimientos, capacidades y experiencia. Así pues, a través de estas dinámicas, cada uno de los actores líderes tienen la oportunidad de establecer sinergias exitosas para fomentar el crecimiento de uno o varios proyectos.

Hay un caso de éxito en la aplicación del liderazgo colectivo y colaborativo, el cual ha constituido la fórmula secreta en el Valle y Cali para seguir luchando por salir adelante. Hoy vemos indicadores de crecimiento por encima del promedio nacional, ubicándose en 4 puntos por arriba de la tendencia que tenía el departamento antes de la pandemia y del estallido social. Una fórmula que puede ser también utilizada en otras partes para profundizar nuevas dinámicas de articulación público-privado y entre también entre las empresas mismas, para asegurar un impacto mayor.

Diana Calderón con su programa de “Hora 20” nos puso a dialogar a la Gobernadora, al Presidente de la Cámara de Comercio, al Director de la agencia de promoción de inversión y a mí como Rector de universidad. El punto era comprender cómo el Valle estaba respondiendo a la crisis vivida y gracias a qué estaba saliendo adelante.

Lo primero que salió a flote fue el trabajo del sector público y el sector privado en un mismo horizonte, si bien todavía hay mucho terreno por ganar, lo logrado arroja buenos resultados. De otra parte, la articulación del sector privado, especialmente de las fundaciones, ongs y de las empresas, y particularmente en la sumatoria de esfuerzos de las empresas en proyectos comunes, para asegurar un mayor impacto en la comunidad y región. En este punto de articulación ha jugado un papel clave Propacífico, que antes tenía solo en la mira los grandes megaproyectos de incidencia en la región y, que luego del estallido social, comenzó a trabajar en la sostenibilidad social para el cierre de brechas. En tercera instancia, está activar dinámicas virtuosas sobre las fortalezas del departamento, que en el caso del Valle son la sofisticación de su aparato productivo y la diversificación en su canasta exportadora. Hay que buscar las fortalezas y sacarles todo el provecho posible.

Haciendo una relectura de lo vivido y buscando la esencia clave de la fórmula, ésta se halla en el liderazgo colectivo y colaborativo. Es decir, todos ponen; todos miran a un mismo norte; todos tienen una misma hoja de ruta que da horizonte de futuro; todos deponen sus egoísmos y deseo de figurar para aceptar que lo grande e importante trasciende a todos. Todo ello ayuda a focalizar los esfuerzos y plantear metas ambiciosas; logra victorias tempranas inspiradoras y motivadoras que retroalimentan positivamente el proceso; permite ganar confianza mutua y derribar los prejuicios cruzados, generando unos ambientes propositivos y constructivos; genera posibilidad de darle ritmos rápidos a los procesos y por ende al impacto.

Este componente de liderazgo colectivo y colaborativo es fundamental. Así, bien valdría la pena que en otras latitudes de nuestro país se lograra fortalecer esta visión conjunta logrando una articulación armónica entre sectores público o privado. Esto obliga a revisar las cuestiones que dividen y distancian; para generar unos movimientos inspirados en la colaboración colectiva. El costo social de no hacerlo es muy alto. No es eficiente. No es empático. Es más bien el fruto del egoísmo y dejarse obnubilar por el propio interés. El antídoto: liderazgo colectivo y colaborativo.

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