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ANALISTAS 18/02/2025

Por la gravedad de MinCiencias ¡Renuncie Ministra!

Luis Antonio Orozco
Ph.D Profesor Universidad Externado de Colombia

La gravedad emergió con las ideas presocráticas sobre las fuerzas cósmicas de atracción y repulsión. Aristóteles propuso una fuerza que causa que los cuerpos tiendan a moverse hacia el centro del universo, sentando la idea de que las cosas se caen por su peso. Si bien fueron los astrónomos indios como Brahmagupta en el siglo V quienes asumieron la gravedad como una fuerza de atracción, es en el renacimiento donde Leonardo da Vinci asoció esa fuerza con la aceleración a través de experimentos, que llevaría a su máxima expresión Galileo Galilei en la torre de Pisa, enunciando que la distancia en la que cae un cuerpo es proporcional al cuadrado del tiempo que pasa sin importar su tamaño o peso. No fue hasta 1971 cuando el comandante del Apolo 15, David Scott, demostró, dejando caer una pluma y un martillo en la superficie de la Luna, que Galileo tenía razón. En 1642 murió Galileo, pero nació Isaac Newton, quien inspirado en los argumentos del gran polímata René Descartes, de que el movimiento curvilíneo limita la inercia, y de Robert Hooke, sobre la idea de que el movimiento orbital depende de una fuerza inversa al cuadrado que separa dos cuerpos, propuso la existencia de la gravedad como una fuerza de atracción que mantiene los planetas en sus órbitas y explica la tendencia de caída de un cuerpo con menos masa hacia uno con mayor masa como la tierra, sentando las bases de la física clásica.

Ahora bien, la ministra de Ciencias, Yesenia Olaya, se destaca por ir en contra de la fuerza de gravedad clásica al pasar más tiempo en aviones, que aterrizando en su despacho las necesidades y retos del sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación. Se sostiene en el cargo a pesar de la gravedad de los problemas que ha generado su gestión en MinCiencias. De la punta del iceberg sobresalen las denuncias de acoso laboral -que incluyen casos de estrés crónico como el de Yadira Casas, pese a su estado de embarazo, o el que derivó en la muerte de Elizabeth Orjuela-. La probada violación del fuero sindical en Asominciencias y la alta rotación de viceministros y directivos de la entidad. El corrupto juego de la puerta giratoria con quienes le ayudaron a sacar un apartamento e inflar su hoja de vida, y la investigación disciplinaria que le abrió la Procuraduría. La baja ejecución presupuestal y las convocatorias pergeñadas, manipuladas, para beneficiar sus intereses (entre ellas, la 960 con una universidad privada, la 953 que no exige resultados científicos, o los contratos con las cámaras de comercio de Tumaco, Buenaventura y Chocó). Finalmente, tenemos dos debates de control político en el Congreso de la República y la denuncia por prevaricato que hizo esta columna, sobre la cual la Contraloría ya tomó cartas en el asunto.

En 1919 el astrónomo Arthur Eddington comprobó que la trayectoria de la luz se curva al pasar por un cuerpo como el sol, dando evidencia empírica a la teoría de la relatividad general de Albert Einstein y la idea de que un campo gravitatorio está determinado por la curvatura del espacio-tiempo, refutando así la mecánica newtoniana. El problema es que a escala atómica donde opera la física cuántica fundamentada probabilísticamente, que indica que una partícula como el electrón puede estar en dos lugares al mismo tiempo, no se ha encontrado empíricamente una partícula para la gravedad. Hacia 1974 se abre campo la teoría de cuerdas con los trabajos de John Schwarz y Joël Scherk, quienes propusieron que las partículas se comportan como cuerdas que vibran en diferentes frecuencias dando lugar a estructuras en 10 dimensiones. Esta corriente de investigación se fue ramificando y popularizando, a pesar de tener en contra tanto la dificultad experimental como el problema de que el gravitón no cuadra en las matemáticas que entrelazan fotones, electrones, quaks y demás partículas atómicas.

Así mismo, no cuadra en el cálculo ético la desobediencia de Olaya que no presentó la carta de renuncia protocolaria que exigió el Presidente, sosteniéndose ingrávida, en superposición cuántica, viaticando aquí y allá, en 10 dimensiones, mientras que científicos, congresistas y Asominciencias intentamos que encaje en las ecuaciones de los entes de control para que la bajen de la nube y la pongan en su justa posición. Mientras tanto exigimos que al menos por protocolo y por la gravedad de MinCiencias ¡Renuncie Ministra!

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