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Una gran casualidad, con pocos días de diferencia se ha sabido del rescate de monedas de dos naufragios, distanciados por siete años, de las flotas del tesoro de la época de Felipe V. En la Florida, se recuperaron al principio de octubre más de mil monedas de plata y oro. Y, cerca de Barú, la semana pasada, las primeras tres monedas del San José llegaron a la superficie.
El “naufragio 1715”, cercano a Vero Beach en Florida, fue consecuencia de un huracán que el 31 de julio de 1715 arrasó 11 de los 12 barcos de las flotas de “Tierra Firme” y de “Nueva España”, que habían demorado imprudentemente su partida, esperando de México las joyas destinadas a la segunda esposa de Felipe V, Isabel de Farnesio. La guerra de sucesión española había apenas concluido, con lo cuál las flotas llevaban varios años sin partir y sumaban recursos muy esperados por la Corona.
El salvamento del “naufragio 1715” lo comenzó el legendario Kip Wagner con los primeros hallazgos en 1961. Los derechos exclusivos los tiene “Queens Jewels LLC”, quien le cede el 20% de lo recuperado al estado de Florida, exhibido en dos museos de la zona. Los restos de las naves que llevaban el grueso del tesoro están aún por encontrarse.
El San José se hundió el 8 de junio de 1708. Este galeón era la capitana de la flota de “Tierra Firme”, y junto con su gemelo, el San Joaquín, y tres barcos más, estaban a punto de llegar a Cartagena provenientes de Portobelo, cargados con riquezas acumuladas durante más de seis años, esenciales para el esfuerzo bélico. Arrinconado por los ingleses, que pretendían tomarlo, el San José estalló, aparentemente, por accidente. El San Joaquín alcanzó a entrar a Cartagena, donde debió esperar hasta julio de 1711 para partir nuevamente hacia La Habana, bajo la protección del General Ducasse. Al salir, fue capturado rápidamente por los ingleses, siempre al acecho. Su tesoro, sin embargo, había sido sagazmente transferido a otros barcos e inadvertido llegó a La Coruña en 1712.
En 2015 la compañía Maritime Archaelogy Consultants, MAC, dio fin a 307 años de enigma y utilizando el experimentado robot submarino autónomo Remus 6000, en una costosísima operación, localizó con precisión los vestigios. MAC fue contratada para la labor de ubicación y rescate mediante una APP IP que la retribuía mediante una fórmula de distribución sobre las “especies repetidas”, que no fuesen consideradas patrimonio, sujeto al tamaño del salvamento efectivo. Luego, el “Consejo Nacional de Patrimonio Histórico” declaró que todo era patrimonio cultural. Se invalidó la APP, el gobierno desconoció el trato y asumió que MAC había trabajado gratis. Los funcionarios del Icanh, de la Dimar y de la Armada, que acompañaron a MAC, ahora con el conocimiento exacto del lugar y el know-how de la operación se aprovecharon para seguir adelante. Los tesoros despiertan la codicia a través de los siglos y al final, no se sabe si es la sofisticación, la persistencia, o la astucia, la cualidad más importante para apoderárselos.
Lo bueno de este panorama es que los gritos de Petro en su cuenta de X -o en sus desatinados discursos- ya no los escucha nadie. Su voz empieza a desaparecer
Si la fuerza laboral se reduce, la tasa cae aunque el país no esté generando trabajos nuevos o decentes. Eso es lo que vivimos. La Tasa Global de Participación descendió hasta 63.9% en octubre
“Aquellas empresas que se relajen al mundo menguante de los bienes y servicios quedarán irrelevantes. Para evitar este destino, debes aprender a montar una experiencia rica y cautivadora”. B. Joseph Pine II