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Analistas 03/03/2025

¡Pasan cosas buenas!

Lewis Acuña
Periodista

A Joan, su entrenador de fútbol favorito, el más especial, le dijo que tenía el talento de un jugador de primera división y la disciplina de un alcohólico desempleado de ciento treinta kilos de peso. Escondido, escuchó cómo a su papá le dijo que el muchacho podría llegar a ser profesional, pero sin disciplina no jugaría ni con aficionados. Joan no pudo demostrarle lo contrario.

“-¿Tengo talento, papá? -pregunta el niño.

-¡Por supuesto que tienes talento! Tienes todo el talento del mundo.

-¿Puedo ser jugador de béisbol?

-Puedes ser cualquier cosa que quieras ser. Recuerda que lo más triste en la vida es desperdiciar el talento. Puedes tener todo el talento del mundo, pero si no haces lo correcto, entonces no pasa nada. Pero cuando haces lo correcto, ¿sabes qué? ¡Pasan cosas buenas!” Le dice en la película A Bronx Tale (1993) Lorenzo Anello -interpretado por Robert de Niro- a su hijo Calogero.

La historia es la del joven atrapado entre dos figuras paternas: su padre, un trabajador honesto que conduce un bus, y Sonny, un poderoso mafioso del barrio. Cada uno representa un camino diferente en la vida y enseña su propia versión de la disciplina para ser lo que son.

Lorenzo encarna la disciplina del trabajo duro y la integridad.”La cosa más triste en la vida es desperdiciar el talento”, resume esa filosofía. Para él, la disciplina significa levantarse cada día, trabajar honestamente y resistir las tentaciones del dinero fácil. Una disciplina invisible, que no recibe aplausos inmediatos ni recompensas ostentosas, pero que construye un carácter sólido y una vida digna. Cuando Lorenzo le dice a su hijo que puede “tener todo el talento del mundo, pero si no haces lo correcto, entonces no pasa nada”, está transmitiendo una lección fundamental sobre la disciplina: el talento sin dirección moral es inútil e incluso peligroso.

Sonny también enseña disciplina, aunque de una naturaleza diferente. Como líder mafioso, vive bajo un código estricto. Aunque controla sus emociones, piensa estratégicamente y mantiene la calma bajo presión, su consejo “Es mejor ser temido que amado, porque el miedo nunca desaparece, pero el amor sí “refleja una disciplina fría y calculadora, pero muestra claramente que esta forma de disciplina, aunque efectiva en el mundo criminal, cobra un precio terrible.

El culto al talento natural que celebra a quienes “nacieron con un don”, mientras subestima sistemáticamente el papel crucial de la disciplina, la perseverancia y la ética del trabajo, pasa por alto que no existen fórmulas mágicas para el éxito sostenible y que la disciplina sigue siendo el puente entre el potencial y el logro.

Las 48 reglas de la disciplina -No dejes para mañana la vida que podrías crear hoy-, es el libro escrito por el gran jugador que desaprovechó su talento y que el mundo del fútbol perdió y al mismo tiempo, del gran mentor en el que se convirtió muchos años después por convicción: Joan Gallardo.

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