Más salario menos productos

Han sido bastantes las críticas al Gobierno por la subida de los precios tanto de materias primas como de alimentos. Circula en redes una comparación de productos en la canasta familiar en donde algunos han aumentado hasta 50%. Hoy en Colombia el dinero rinde menos y la crisis social tiende a aumentar.

El fenómeno de la inflación no es exclusivo de Colombia; fruto de la pandemia, existe una subida general de los precios agravada por el problema mundial de la logística que aún no se soluciona; para los expertos este será el reto del presente año. Según el Fondo Monetario Internacional, Latinoamérica situó la inflación en 9,3 % en 2021 y pronostica 7,7% para 2022. Bloomberg es más pesimista y calcula un cierre de la inflación en 11,9%. Lo cierto es que se están alcanzando cifras récord en los distintos sectores; solo en agricultura el alza fue de 15,2%
Colombia ha tenido una tradición juiciosa en materia económica; ante el recalentamiento de la economía, el Banco de la República ya subió las tasas de interés para reducir el consumo y tratar de controlar el alza; sin embargo, esta sola medida parece no ser suficiente. ¿Cómo puede el Ejecutivo entonces ayudar a combatir la inflación? Cuando existe amenaza de recalentamiento los países deben adoptar una política de restricción monetaria y fiscal, en donde, además de subir los intereses la banca central, el Ejecutivo contrae el gasto. La restricción pasará por amarrarse el cinturón en su propia casa y eliminar distintos subsidios mientras pasa la brecha inflacionaria.

No parece ser un acierto la subida de dos cifras del salario mínimo, como predijeron algunos economistas; esta subida por decreto trae una mayor carga para los empresarios y estos o reducirán costos o trasladarán las alzas al consumo final, lo cual colabora con el fenómeno inflacionario. Sin embargo, en materia de subsidios, el Ministerio de Hacienda prometió cambios de cara al aumento de precios. Se espera el paquete de medidas, ya que no será fácil compaginar la reducción de ayudas como el ingreso solidario con el encarecimiento paulatino de todos los productos; hacer lo necesario no siempre es popular.

El último aporte será el de los ciudadanos: no parece un buen momento para endeudarse y sacar créditos; desde la teoría todo parece tener solución, distinta es la situación de los más pobres que ante la subida general de precios estarán dispuestos a cualquier cosa con tal de sobrevivir.

La crisis social tenderá a agravarse y las ideas populistas se fortalecerán. Ante el encarecimiento de la vida diaria, no es fácil explicarle a la gente que es un fenómeno mundial y esperamos, pasajero. Casi 50% de los colombianos vive del día a día y el recalentamiento de la economía los afecta especialmente a ellos, los que con un salario mínimo más alto hoy compran menos alimentos, menos productos de limpieza y menos productos de entretenimiento.