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Tribuna Universitaria 07/09/2017

El Papa y la hotelería

Juan Manuel Nieves R.
Estudiante de Comunicación Política
JUAN MANUEL NIEVES

El Papa visita esta semana Colombia y distintos gremios, en especial el hotelero, esperan aumentar sus ingresos. Sin embargo existe un sector dentro de él que no se encuentra muy contento, sobre todo en Bogotá, pues sus clientes corporativos han cancelado sus viajes a la capital por dicha visita.

Para nadie es un secreto que estarán cerradas varias vías, entre ellas la calle 26, lo cual hace que varios hoteles queden completamente encerrados. Por ejemplo señala la gerente del Black Tower que fueron cancelados todos sus eventos de la semana y la ocupación disminuyó un 30%. Investigaciones también de Cotelco y RMC consultores muestran que la ocupación hotelera no tuvo variaciones significativas.

¿Es realmente beneficioso para el sector hotelero la visita del Pontífice? La respuesta está en las manos de los propios hoteleros. Por ejemplo en Washington la visita del Papa tuvo un incremento de apenas 0,4%; Quito y México D.F. tuvieron un aumento de un poco más de 6%. Y en Colombia se espera que los feligreses y visitantes aumenten 11%. Sin embargo, como se dijo, las cifras no parecen tener alguna variación considerable. ¿Cuál es el reto, entonces, del sector? Identificar otros segmentos.

Los meros feligreses o visitantes no alcanzan a llenar toda la oferta hotelera. Los grandes grupos ya hicieron las reservaciones con agencias previamente y los esporádicos que faltan lo harán vía electrónica. Deben estos por tanto buscar nuevas oportunidades, verbi gratia logrando mercado en los medios de comunicación, la seguridad y la logística que se moverá para el evento. Otra oportunidad es mover operaciones de catering alrededor de todo el evento. Muchos de los peregrinos valorarán loncheras para llevar, antes que desayunos por las largas filas que les espera; habrá miles de personas en la calle y será una excelente oportunidad de invitar al consumo.

Los problemas originados por este tipo de visitas deben ser solucionados por los propios sectores. La organización privada suele resolver de manera más eficiente los problemas originados ya por el Estado ya por causas externas negativas. En este caso más que una adversidad es una verdadera oportunidad para mover los distintos sectores de la economía. Colombia tuvo que esperar más de treinta años para la visita de un pontífice y ella no puede ser criticada por no reaccionar a tiempo o sentarse a esperar el movimiento del negocio hotelero.

La visita del Papa es un éxito en materia comercial y su llegada si se planeó adecuadamente el segmento, será un respiro momentáneo para distintos sectores. Está en los hoteles hacer de ella un crecimiento momentáneo de la operación pues está visto que la sola presencia de tan gran figura no garantiza el éxito de las ventas como se esperaba. Los resultados están por verse, pero de no ser los esperados es un buen aliciente para que el sector reflexione sobre nuevas oportunidades en los negocios.

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