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Analistas 21/12/2022

Made in Colombia

Como empresario del sector industrial veo con buenos ojos el interés del gobierno de promover las exportaciones no tradicionales. Sin duda es un objetivo loable que nos ayudaría a reducir nuestra dependencia en los hidrocarburos y disminuir el desempleo estructural que padece Colombia hace décadas. No se que esté contemplando el nuevo gobierno en esta materia, pero independientemente de lo que tengan en mente hay dos temas claves que deben abordar: eliminar trámites inútiles y bajar costos de fletes. De por sí es difícil abrir mercados internacionales. Son años de viajes, participaciones en ferias, envío de muestras, llamadas en frío, estudios de mercado y portazos en la nariz, como para que además, trámites superfluos y fletes prohibitivos nos lo hagan más complicado. Los obstáculos regulatorios y los fletes tercermundistas hacen que los exportadores colombianos seamos menos competitivos que nuestros rivales regionales. Cantidades de normas, numerosas revisiones aduaneras y la ausencia de transporte multimodal son algunas de las razones de nuestro atraso exportador.

Ejemplos de las causas del rezago abundan. Según datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (Ocde), mientras en un país como México el tiempo promedio para exportar es de 20 horas -menos de 1 día- en Colombia el proceso se tarda 300 horas -12,5 días-, que incluye el trayecto desde la ciudad de origen hasta el puerto. Por otra parte, el reporte Doing Business dice que los costos de las operaciones aduaneras en Colombia suman alrededor de US$630, mientras que el promedio de la Ocde es de solo de US$140. Es decir, exportar desde Colombia es 4,5 veces más costoso que el promedio del mundo desarrollado.
Otro tipo de complicaciones son casi que exclusivas de Colombia por nuestro karma narco. Por ejemplo, las inspecciones de la policía antinarcóticos que dilatan el proceso exportador y generan sobrecostos de bodegaje.

Hay una manera de esquivar estas inspecciones pero implica certificarse OEA (Operador Económico Autorizado) ante la Dian. Ser OEA reduce estas inspecciones pero implica hacer inversiones millonarias en temas de seguridad y control, por lo cual empresas medianas y pequeñas difícilmente pueden acceder a esta certificación para exportar sin ser sometidas a este engorro.

Y ni hablar de los costos de los fletes. Es una problema que nos ha aquejado siempre por nuestra mala infraestructura vial, inseguridad en carreteras y por la falta de libertad de precios en el transporte terrestre. Según múltiples estudios transportar carga por carretera en Colombia vale entre 2 y 3 veces más que en la mayor parte de Europa y de EE.UU. Gran parte del problema es que el transporte de bienes en el país está altamente concentrado en carreteras, por donde circula mas del 98% de la carga. Tampoco ayuda el hecho de que tenemos un pseudo cartel de precios del gremio transportador que impide la libre competencia tarifaria.

Más allá de que el gobierno quiera promover las exportaciones, la primera recomendación es no entorpecerlas. Deben realizar una revisión exhaustiva de todos los trámites que dificultan el comercio exterior y ponerse en los zapatos de una empresa mediana para ver si estarían en capacidad de cumplirlos. Igualmente, deben atacar los altos costos logísticos que impiden que seamos competitivos para que cada día exportemos más productos con valor agregado que digan ‘Made in Colombia’.

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