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Analistas 22/02/2022

Por un ecosistema energético

Juan Carlos Valderrama
Country Manager de Prysmiam
Analista LR

La creciente demanda global de energía renovable para contribuir en la ralentización del cambio climático ha impulsado a las empresas de servicio eléctrico a ampliar sus portafolios y a liderar la transformación energética mediante la integración de tecnologías ecológicas, sostenibles, eficientes y confiables.

Colombia, en plena transición hacia la producción y consumo de energías más limpias, deberá continuar estrechando los lazos entre Gobierno, sector privado, y consumidores para avanzar y adaptarse a las nuevas tendencias dentro del sector energético.

Las condiciones naturales del país son garantía de condiciones óptimas para el desarrollo de este tipo de tecnologías. Su ubicación geográfica permite una gran concentración de vientos con una velocidad que oscila entre cinco y once metros por segundo en la región norte. El sol que cae sobre su territorio garantiza, por su parte, un futuro prometedor para el uso de paneles solares y la introducción de granjas solares de gran envergadura. Con un promedio diario de 4,5 kWH/m2, la radiación solar a nivel local, supera la media mundial de 3,9 kWh/m2.

En este sentido, Colombia resulta ser uno de los países con mayor potencial para ejecutar proyectos de este tipo en América Latina, convirtiendo las fuentes no convencionales de energía renovable en un pilar fundamental de la transición energética.

La Nación debe asumir el reto enorme de transformar su matriz desde la producción y consumo, y las autoridades competentes deben apostar por crear consciencia para que los consumidores hagan un uso sostenible de los recursos disponibles.

Desde la orilla del Gobierno, el cambio en la matriz de producción de energía eléctrica ya inició. Con las subastas impulsadas se instalarán ya más de 3.000 megavatios de energías renovables. Además, la apuesta por contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, establecidos por las Naciones Unidas en 2015, para garantizar la preservación del medio ambiente está, por supuesto, también sobre la mesa. Se están introduciendo, de manera paulatina, combustibles de bajas emisiones, el uso de vehículos híbridos o eléctricos, y políticas de eficiencia energética en aras de cumplir de igual manera con los lineamientos del Acuerdo de París.

No obstante, para 2022 se prevé que los países más avanzados en la construcción de parques eólicos y granjas solares le apostarán a tecnologías ecológicas, sostenibles y escalables que reducen la huella de carbono. Colombia deberá entonces, posicionarse en la vanguardia.

Se estima que, en el transcurso de este año, la inversión en energías renovables será más atractiva como resultado de los diferentes incentivos otorgados por los Gobiernos, así como por la amplia financiación disponible globalmente para apalancar proyectos de esta naturaleza. El impulso de energías como la solar o la eólica supondrá una producción de electricidad capaz de cubrir la demanda de cerca de 50% de la población en varios países. Esto permitirá que se presenten precios más razonables para millones de consumidores.

El uso de microrredes descentralizadas de distribución energética optimizará el autoconsumo mediante la integración de tecnologías inteligentes y plataformas flexibles. Estas maximizarán la generación, almacenamiento y distribución adecuada a un mayor número de habitantes.

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