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Analistas 04/04/2024

Campanazo de alerta

José Ignacio López
Presidente del Centro de Estudios Económicos Anif

Hace pocos días, el Dane reveló las cifras del mercado laboral para febrero de 2024, cuando la tasa de desempleo alcanzó 1,7%, y un promedio para los últimos 12 meses de 10,1%. Si bien la tasa de desocupación se acerca a los niveles prepandemia, esta tuvo un incremento de 0,3 puntos porcentuales respecto a febrero de 2023, dando un nuevo indicio de deterioro del mercado laboral.

Ese resultado responde a un incremento en la tasa general de participación (63,7% en febrero de 2023 y 63,8% en febrero de 2024) y un decrecimiento en la tasa de ocupación (56,5% en febrero de 2023 y 56,4% en febrero de 2024). En otras palabras, en febrero ingresaron más personas a la fuerza laboral, situación que no logró compensarse con nuevos puestos de trabajo y que derivó en más personas en situación de desempleo.

Por su parte, las ramas de actividad económica que más contribuyeron a la reducción de ocupados fueron, las actividades profesionales (-115.000), el comercio (-97.000) y la construcción (-50.000). Lo anterior es preocupante, pero esperado. Dos de esas tres actividades económicas fueron las de peor desempeño en términos de crecimiento al cierre de 2023. Eso reafirma la transmisión del bajo desempeño económico al mercado de trabajo y que además lo hace de forma rezagada. En contraste, los sectores que contrarrestaron el decrecimiento fueron la industria manufacturera (+149.000), las actividades artísticas (+141.000) y la administración pública (+86.000).

Por otro lado, una cifra positiva es el aumento del empleo particular (+356.000) y la disminución del trabajo por cuenta propia (-42.000). Lo anterior indica que hay una mayor cantidad de ocupados cercanos a las dinámicas formales del empleo, dada la relación que existen entre esta y el empleo particular. No obstante, preocupa la diferencia entre hombres y mujeres. Si bien la brecha en la tasa de desempleo se redujo 1,1 puntos porcentuales respecto de febrero de 2023, esto se debe a la disminución en la tasa general de participación de las mujeres y un aumento en la de los hombres. Dicho de otra forma, la reducción en la brecha se da por una menor participación de mujeres en el mercado laboral, lo que resulta en una reducción de la tasa de desempleo para este grupo poblacional.

Finalmente, la cifra desestacionalizada se ubicó en 10,7%, lo que la lleva a retomar la senda de crecimiento que presentaba desde septiembre de 2023 y que había tenido un alivio en enero de este año. Lo expuesto implica que, quitando el efecto calendario, hay un deterioro claro en los niveles de empleo del país. Como lo mencionamos, la convergencia entre la dinámica económica y el mercado laboral se hace cada vez más visible y augura 2024 retador para la generación de empleo.

Con base en esa dinámica, Anif proyecta una tasa de desempleo promedio de 11,3% para 2024 y de 11,9% para el 2025. Si bien las cifras de crecimiento económico para el primer mes del año resultan más alentadoras de lo esperado, es probable que la bonanza de crecimiento registrada en 2022 y la primera mitad de 2023 se diluyó. Este año podría vemos una transición en la preocupación de las familias del tema inflacionario, al de empleo. La discusión de la reforma laboral, que no busca generar más empleo formal, puede agudizar aún más dicha preocupación.

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