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Analistas 09/04/2021

Faltan verdaderos liderazgos

La semana que termina cierra con sensaciones agridulces y señales confusas en el mercado. Después de largas jornadas de especulación en los medios de comunicación, el Gobierno finalmente planteó públicamente durante un foro organizado por Anif los detalles de su tercera reforma tributaria. El primer gran interrogante es de quién fue la genial idea de ponerle el rimbombante y maquillado nombre con el que bautizaron el texto, tratando de que la sociedad pensara que no es reforma tributaria. El proyecto cambia reglas y formas de los impuestos así que en efecto es una reforma tributaria. El nombre no es el problema, pero preocupa la ingenuidad de los que se dedicaron a lo del título que no cambia nada sustancial, y que, por el contrario, ha logrado enfurecer a miles de colombianos que todavía no entienden la necesidad de la reforma cuando la prioridad del planeta entero es el proceso de vacunación y reactivación económica. Muchos países están en crisis similares y no todos acuden a la fórmula de subir y cambiar impuestos.

La amenaza del ministro de Hacienda Carrasquilla de que Colombia tiene apenas seis o siete semanas de caja es el ingrediente que nos faltaba. Para los conocedores es poco creíble esa sentencia. Con los precios del barril de petróleo mucho más altos que lo presupuestado, recaudo de IVA segundo bimestre (o primer cuatrimestre para algunos), más los movimientos naturales del 4x1.000 de los bancos, no deberían tener esos problemas de liquidez que anunciaron. Ahora bien, si el gasto del Estado se ha desbordado en un trimestre por el proceso de compra de vacunas y otros contratos que probablemente se desconozcan, es una irresponsabilidad con el país que hayan esperado a menos de 90 días de un eventual colapso de caja.

Esta situación se debió advertir meses antes para no llevar al congreso colombiano a tomar decisiones sobre la marcha con poco margen de maniobra, debate y discusión. Las bancadas están divididas, incluyendo miembros de partidos que históricamente han estado con el gobierno en anteriores votaciones. Hay voces desde el parlamento que advierten de un posible fracaso para el gobierno, no refiriéndose a cambios en el texto sino a una seria posibilidad de archivo total de la iniciativa.

Mientras tanto los mandatarios locales, han tenido que recurrir nuevamente a medidas de emergencia ante el aumento de contagios del covid. Miles de empleos y negocios siguen evaporándose y en pocos días se dispararon de nuevo las ocupaciones de las UCI. Gobernadores y alcaldes no parecen lograr convencer a los ciudadanos de la necesidad de las medidas. La gente sencillamente no les cree ya a esos discursos.

Una parte debido al agotamiento, y por otra parte porque realmente no tenemos líderes fuertes. Tanto en gobierno como en los territorios hay muchos que llegaron a los cargos sin estar preparados para una situación extrema como esta. Seguro muchos hacen lo mejor que pueden, pero la gente nota muy rápidamente cuando a un mandatario le falta carácter y no sabe tomar decisiones. Nos hacen falta verdaderos liderazgos para sacarnos de esta espiral hacia la quiebra que según Carrasquilla es en semanas. Un gran ejemplo de cómo no se debe liderar, amenazando a los ciudadanos, como si fuera culpa de nosotros.

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