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Lo que empezó como una entrevista sobre la reforma pensional en La FM, terminó convirtiéndose en una beca completa para mis estudios y en un espacio como columnista en La República. Se cumple un año de que mi vida cambió radicalmente.
Esta es mi columna número 52 ¡Oficialmente llevo un año escribiendo semanalmente para este diario! Hoy lo hago con emoción y profunda gratitud. Especialmente con Luis Carlos Vélez, quien me abrió las puertas de La FM para escucharme; con Fernando Quijano, quien ha confiado en mí la importante tarea de ser columnista en el diario que dirige; y con la Organización Ardila Lülle, que me ha apoyado con una beca para continuar mis estudios universitarios.
Mi profunda gratitud para ellos y para todas las personas que me han ayudado a cumplir mis sueños.
Hoy quiero contarles una historia.
Después de varios años de ser objeto de bullying, cuando tenía 12 años decidí, por fin, cambiarme de colegio. A los 13 toqué las puertas del Nueva Alianza Integral, el mejor colegio de mi localidad, San Cristóbal Sur. (Y, para mí, el mejor colegio del mundo). Entrar no fue fácil: solo había admisiones para primaria. Recuerdo que, junto a mis padres, fuimos incontables veces a pedir que, por favor, me permitieran presentar un examen de admisión. Por cosas de Dios -una Diosidencia- lo logramos, y entré a cursar octavo grado.
Tenía miedo de no encajar o de que mis resultados académicos no fueran suficientes. Me encontré con un colegio altamente exigente, sobre todo en la escritura. Recuerdo que en el primer quiz de la materia de Lengua me fue terriblemente mal; me decepcioné de mí misma e incluso pensé que no lograría acoplarme.
Hasta que leí una nota que la profesora Amanda me escribió: “Compañera, tú eres capaz de mucho más.” Ese mensaje resonó en mi mente durante semanas y me retó. Me esforcé tanto que ese trimestre conseguí el primer puesto del salón y logré estar en el cuadro de honor.
Después, me obsesioné con la lectura y la escritura, y con el paso del tiempo logré que mis textos fueran publicados en la revista del colegio. Más adelante, en onceavo grado, alcancé algo impensable: quedar entre los primeros diez lugares del concurso de cuento corto ‘Bogotá en 100 palabras’.
Hoy, después de un camino lleno de retos, pero también de grandes satisfacciones, entiendo que basta con que una persona crea en ti para que todo cambie. Esto empezó con mi profesora Amanda, pero ha continuado con Luis Carlos Vélez, Fernando Quijano, la OAL y muchas más personas.
Me encantaría decirle a la Jerome de 13 años -aquella que no sabía si era suficiente para la materia de Lengua- que lleva un año siendo columnista del mejor diario económico del país. Que ha logrado estar todas las semanas entre “Lo más leído” y que incluso, algunos de mis análisis han dado de qué hablar hasta al propio Presidente de la República.
A mis lectores, gracias por hacer parte del mejor año de mi vida. Sigo, y cada vez con más sueños por cumplir.