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Analistas 04/02/2025

Café: retos 2025

Guillermo Trujillo Estrada
Analista cafetero
Guillermo Trujillo

Al mirar hacia adelante y analizar la suerte de las instituciones cafeteras, debemos aceptar que este año es el de más retos en la historia de la Fedecafé; es el momento en el que se debe sentar con el gobierno para hacer valer su condición de administrador del Fondo Nacional del Café y buscar la renovación del contrato por otros 10 años.

Frente a la afirmación de algunos contradictores del gremio, se han invertido los papeles: “Mientras los cafeteros están mal, la Federación está bien y boyante”. Sin embargo, hoy los cafeteros están en bonanza, mientras la Federación y el Fondo Nacional, se encuentran en dificultades.

La negociación del nuevo contrato será muy difícil. Para nadie es un secreto que el actual gobierno ha manifestado -en repetidas oportunidades- sus dudas sobre el contrato y la estructura del administrador. Por lo tanto, estando en excelente situación económica los cafeteros, el único reto del que se debe ocupar el gerente es lograr renovar el contrato de administración del Fondo del Café, sin el cual la Federación perdería su razón de ser.

Recuerdo las negociaciones con los gobiernos de los presidentes Barco en 1988, Samper 1998, Uribe 2006 y Santos 2016, la más difícil la primera, porque fue realmente donde el gobierno intervino en los asuntos internos, introduciendo la figura de los asesores en un cogobierno.

Tres problemas fundamentales deben estar resueltos: La modernización de estatutos, el pago de los pensionados de la Flota Mercante Grancolombiana y cómo se asumen las pérdidas de los contratos de venta de café a futuro.

Los estatutos no tienen una modificación importante hace 22 años -período en el que la caficultura pasó a ser en más de 98% de pequeños productores- por lo tanto, se deben adaptar para que reflejen al número de productores y no la producción como determinante del poder votante y de decisión, además de corregir otros problemas; en general demostrar al gobierno, a los cafeteros y al país la decisión de adaptarlos a la nueva realidad política y social.

El pleito de la Flota Mercante se perdió en la última instancia; se comenta es una obligación de más de $780.000 millones, -que si bien ya tiene provisionados contablemente más de $460.000 millones- anualmente las mesadas cuestan casi $80.000 millones, cerca de 16% de la contribución cafetera, 1,1 centavos de los seis aportados por los cafeteros. Por lo tanto, corresponde vender activos no productivos ya mismo, para extirpar este mal del cuerpo del balance.

Finalmente, si el Comité Directivo, órgano de dirección del gremio privado, aprobó el cierre de coberturas que respaldan los retrasos en los contratos con un efecto financiero de cerca de US$120 millones, se debe definir -de una vez por todas- si estará a cargo del administrador o del Fondo, y dar por terminado este capítulo.

Es fundamental aprovechar este año para dar solución a estos tres problemas, de manera que este gobierno, como los anteriores, no tenga absolutamente ningún argumento para cuestionar a la Federación y a los comités departamentales que la conforman como los más idóneos y representativos, para administrar los recursos de los cafeteros.

Esta gerencia se medirá por su capacidad de renovar el contrato en buenos términos.

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