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Analistas 23/01/2024

Pedagogía minera (1 de 2)

Giovanni Franco Sepúlveda
Profesor Universidad Nacional de Colombia
La República Más

En las dos primeras columnas de este año, me tomaré el atrevimiento de establecer algunas de las relaciones que existen entre la minería y la vida diaria de un colombiano (o habitante del planeta tierra), con el fin de realizar un proceso de pedagogía alrededor del uso de materias primas minerales y que frecuentemente se ignora su procedencia como parte de una transformación industrial de un recurso natural no renovable (pero en la mayoría de los casos, reciclable) como lo son los minerales.

Este proceso pedagógico, lo realizo para todas aquellas personas que tienen una sensibilidad alta por el sector extractivo a nivel local, nacional y mundial, como también para aquellas personas que a pesar de utilizar los recursos minerales durante toda su vida, hacen ver la actividad minera como una actividad que es dañina y perjudicial para sostener la calidad de vida que tenemos y disfrutamos como seres humanos.

Cuando nos sentamos a degustar de un delicioso desayuno, almuerzo o cena, para disfrutar de la gastronomía propia de nuestras culturas y regiones, es completamente indispensable este recurso mineral. Es más, cuando hemos pasado por un proceso de hospitalización por más de un día y el cuerpo médico nos sugiere una dieta hiposódica, añoramos este recurso mineral. Hablamos nada más y nada menos de la halita, sal o sal de roca. Esencial para nuestra alimentación como seres humanos, indispensable en algunas regiones del mundo en las cuales hay 4 estaciones para con la ayuda de la sal eliminar los excesos de nieve que se encuentran en las calles, carreteras e infraestructura. A lo largo de la historia de la humanidad, es imprescindible la sal en los hogares que no cuentan con neveras, para preservar de manera natural-mineral las carnes, pescados y fuentes de proteínas de origen animal.

Como sociedad occidental, hemos aprendido a utilizar los servicios sanitarios o inodoros. Un índice de cualquier proyecto de censo poblacional y de calidad de vida que se requiera realizar, tiene implícita una pregunta y es: ¿tiene acceso a servicios sanitarios? En la mayoría de los casos, antes de ir a nuestro estudio, trabajo o tareas diarias, utilizamos un inodoro o taza de baño. Ignoramos que para la fabricación de estos productos sanitarios, se hace necesaria la transformación y mezcla de arcillas caoliníticas y rocas feldespáticas, que provienen de la extracción del grupo de minerales industriales. Continuando en este proceso sanitario, utilizamos en el día a día papel higiénico. Para su fabricación, es necesaria la ayuda de la minería, con la extracción de carbonatos de calcio (llamados comúnmente calizas), que por sus altos contenidos de calcio, ayudan a que el papel higiénico o de baño sea más y más blanco.

Adicionalmente, no podemos dejar de mencionar, que a nuestras casas llega la electricidad por medio de cables de cobre (hasta hoy el ser humano no ha podido encontrar un sustituto mineral con la suficiente disponibilidad y características físicas, químicas, ambientales, sanitarias y económicas, como el cobre) y es gracias al cobre que podemos utilizar la electricidad que usamos para todos los electrodomésticos y dispositivos electrónicos propios de nuestros hogares. En definitiva, un mundo que haga caso omiso de la importancia de la minería en nuestra vida cotidiana, es un mundo que se quiere limitar al uso y disfrute de las comodidades que nos brindan los recursos minerales.

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