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Sostenibilidad, transición energética, minerales críticos, minerales estratégicos, descarbonización de la economía, carbononeutralidad, seguridad energética, entre otras, son escuelas del pensamiento que propenden para llamar la atención sobre lo qué debemos hacer de una manera diferente con los procesos antropocéntricos, en caso que queramos seguir habitando este planeta tierra.
Lo anterior se logra, si como sociedad, tomamos la decisión en cabeza del ministerio de educación nacional, en definir políticas públicas relacionadas con los procesos de enseñanza aprendizaje de la educación superior, relacionadas con incentivar la creación y fortalecimiento de los programas de pregrado en ingeniería. Ingeniería de la energía (recursos renovables y no renovables). Ingeniería geológica (conocer, describir, estudiar y analizar la riqueza mineral que poseemos en el subsuelo). Ingeniería de minas (extracción y procesamiento sostenible de las reservas del subsuelo).
Un ejemplo de esta decisión de política pública en educación se da en la actualidad en los Estados Unidos de América, quienes mediante The Mining Schools Act of 2023 (Ley de escuelas de minería), quieren incentivar a universidades públicas y privadas en la formación al año 2050 de estudiantes de ingeniería en energía, geología y minería, todo con el objetivo de garantizar al país la seguridad energética y el aprovechamiento de los minerales críticos y estratégicos, que son la base del modelo de desarrollo norteamericano.
En Colombia, estamos en deuda con el aprovechamiento de la riqueza energética y minera, que propendan mejorar la calidad de vida de todos y cada uno de los colombianos. Es responsabilidad del ministerio de educación nacional, conjuntamente con otros ministerios (minas y energía, industria y comercio, ciencia tecnología e innovación), de estudiar la posibilidad de definir políticas públicas que nos permitan como país aprovechar las ventajas competitivas y comparativas que tenemos en materia de energía, geología y minería.
Recientemente, el ranking del QS World University por área del conocimiento en ingeniería de minas, clasificó al pregrado de ingeniería de minas y metalurgia de la Universidad Nacional de Colombia como el primero del país, el segundo en Latinoamérica y el vigésimo cuarto en el mundo. Este no es una clasificación menor, y se deben aprovechar todas las fortalezas que se tienen desde la academia para mejorar nuestros indicadores de seguridad energética y minera. La institucionalidad minera, las empresas mineras, la sociedad y la academia, formarán parte de esa hélice de la sostenibilidad, que conlleva a dinamizar las oportunidades que tenemos por delante.
Finalmente, países latinoamericanos como Chile, Brasil, Perú y México, son referentes que nos pueden ayudar a definir esas políticas públicas y aprender de los errores y del camino por ellos recorrido. Voluntad política para que desde la energía, geología y minería, todos podamos estudiar ingeniería.
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