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Analistas 09/03/2019

Compromisos, date-conomics

Germán Eduardo Vargas
Catedrático/Columnista

Ingratas y saboteadas, las citas para acercar EE.UU. con China/Corea, y las requeridas para dirimir el brexit, reflejan miedo al compromiso; ‘romance fugaz’, como opinó Sandra Borda (El Tiempo, 05/03/2019).

Aunque no necesitamos juegos, esa teoría recomienda aclarar lo no-negociable, y demostrar intenciones renunciando a cosas importantes (Spence, Nobel de Economía), ahorrando palabras baratas (cheap talk) y regalando “señales” valiosas (no necesariamente costosas). Ilusión de control, cubrimos vacíos cotidianos con creencias cuya aparente utilidad distorsiona nuestra apreciación: tiempo, compromiso y dinero; magnitudes imprecisas (y variables) que determinan la coherencia de nuestros valores, la relatividad de los momentos de felicidad, y su irreversible entropía.

Echemos cuentas y cuentos. Nuestro tiempo inició en el antiguo paraninfo, en Roma (permuta ‘amor’); conquistaron a la atractiva, ambiciosa y astuta Cleopatra, cuyos astrónomos desarrollaron relojes y calendarios interpretando los ciclos solares. Casualidad o causalidad, configuraron el equinoccio (12h/60’), redondearon la anualidad (12m/30d), y aprovecharon los sistemas que orientaron a los babilonios (duodecimal y sexagesimal), creando 12 arcos (30º) a los que asociaron místicos signos zodiacales.

¿Números mágicos? Definitivamente, quizás; los epagómenos nivelaron el año tropical, y el bisiesto acompasó las estaciones para mejorar las probabilidades de éxito de los cultivos. Por si acaso, crearon el Triángulo Sagrado (3-4-5, puente entre la Tierra y el Cielo) y lo conjugaron con la Razón Áurea (phi) en las pirámides. Ahora, rituales de Febrero-Marzo siembran o inmortalizan aquello que dilata solsticios y pupilas, se transforma cual obra impresionista (el puente de Argenteuil, Monet), y no se destruye con sombras, negación u olvido (Carrillo, 1959; XXXV/LI, Becquer; Eternal Sunshine of Spotless Mind; Evening Solace, Brontë).

Sentimiento invaluable, en base decimal, los esperanzados estadounidenses gastan US$20,7B (NRF.com, Valentine’s), y los británicos consumen en citas £$14,5B (Business Insider): el primer caso paga a cuotas un ideal, y el pragmatismo femenino liquida “la propuesta” bisiesta. Cristal, atesoro ese recuerdo (The Longest Time); a cappella experimenté improvisación jazzista (Light as a Feather, Corea), majestuosidad sinfónica (F-light, Adventure in the Sky), y el acompañamiento armónico de un clarinete.

Neoliberales, las aplicaciones (Bumble) y el bursátil poliamor (lightness) distorsionaron expectativas y cotizaciones, aunque, clásicos, los compromisos funcionan sin precios (Roth, Nobel de Economía; Oyer, 2013; Birger, 2015), y los ‘compromete’ (arriesga) la diversificación (Still the one).

Rentable, un 29/02 nacieron el último Papa renacentista (Capilla Paulina), Rossini (galop), Holland, inventor del submarino (se hundió el Titanic), y Hollerith, pionero computacional. Bell descubrió la estrella Pulsar, Lo que el Viento se Llevó arrasó en los Oscar (también Theron), y los Beatles ganaron Grammy del año: acción de Gracias, all you need is y=0,2005/x; x2+y2=1; y=abs(x)… y=0,2020(x2).

La República no ha fallado a su cita, desde 03/03/1954. Felicidades en su sexagésimo-quinto aniversario.

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