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Analistas 20/07/2019

Fomento a la manufactura

Germán Bolívar-Blanco
Analista y consultor

“Más vale tarde que nunca” reza el viejo adagio popular, que dada su sabiduría podría aplicarse en casi todo, pero sobre todo en materia del diseño e implementación de la acertada política pública, que recomiendo esté en permanente evolución como respuesta a las condiciones y circunstancias que influyen coyunturalmente en cada asunto, considerando retos, implicaciones y posibilidades propias de cada problema a resolver, tanto en temas económicos como en los sociales, donde creo los primeros subordinan a los segundos y, por lo tanto, deberían responderse con esa prioridad y no al contrario, como irónicamente pretenden suceda algunas tendencias progresistas.

Por supuesto que la producción como la base o eslabón primero del PIB es no solo el indicador clave a seguir al evaluar el desempeño económico, sino ante todo el medio idóneo para fomentar crecimiento y productividad, lo cual no ha sido bien entendido porque simplemente se responde al fortalecimiento de las capacidades actuales, que está bien, pero con un agravante o mal mayor por un descuido monumental que desencadena problemas enormes, no existen políticas públicas claras diferenciadas, sistémicas y sistemáticas, ni menos ecosistemas adecuadamente estructurados con la debida tracción para incorporar nuevas capacidades y de ahí, el consecuente desempeño de hoy.

Éste, que no es un problema ajeno a la región, porque son las mismas entidades multilaterales regionales las que focalizadas en aprovechar las capacidades productivas actuales, desconoce la literatura y mejores prácticas globales, visible en recetas que hablan de lo mismo al tratar el anhelado incremento de la productividad, donde claro está el mercado laboral es determinante, con discusiones todas válidas en especial para disminuir la informalidad y desempleo, ahora más amenazados que nunca por reconocidos unicornios digitales; unidas a ingredientes como la mejora de la innovación al interior de empresas y mejor uso del capital físico, junto al incremento en la competencia y el comercio mundial, todo lo cual se recita hace 20 años y seguimos igual.

Por eso y para eso debemos actuar conforme se mueve el mundo en desarrollo que transita por el sendero correcto, que además de la ardua tarea de sacar el mejor provecho a las capacidades actuales, gestan e incorporan permanente nuevas capacidades productivas, en particular, centrados en aquellas cuya inversión va a significar ganancias sustanciales para la economía y la sociedad, porque tienen el mayor valor agregado posible, el producir cuasi bienes de capital tales como vehículos, equipo médico y electrodomésticos, donde claro la automatización y robotización en los procesos de manufactura son una realidad de la cual no podemos abstraernos, sino por el contrario, valorar muy bien lo que puede significar para la economía nacional en todos sus frentes.

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