MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Los abusos realizados por depredadores disfrazados no tienen fin en este mundo de naturaleza paradójica, así vivimos inmersos en una jauría despiada que resulta hasta cómica, donde los títeres, marionetas, bufones y payasos locales, son actores secundarios convidados a los escenarios de la política global, cuasi caciques y gamonales estafetas al servicio de quienes realmente manejan los hilos del poder mundial, a su vez revestidos con la parafernalia propia del circo de países y territorios autócratas con pretensiones imperiales.
Encontramos así diversidad de agentes políticos que podemos considerar unos protagonistas y otros actores secundarios, donde el impacto del rol de los partícipes de la política circense y del poder marca la diferencia, fundamentado en la frase “panem et circenses”, «pan y espectáculos de circo» originada en Roma en la Sátira X del poeta Juvenal (100 d.C.), para hacer referencia a las prácticas gubernamentales que para ocultar controversias emboban a la despistada ciudadanía con distracción efímera y asistencialismo.
Recordemos que el circo es considerado desde inicios de la humanidad como el mayor espectáculo del mundo, hace más de 5.000 años detrás del mural de Egipto del año 2050 a.C. aparecen acróbatas. También hacia el año 3.000 a C. en la China e India existían malabaristas y contorsionistas. La palabra circo viene del griego antiguo kirkos que significa “anillo”, de ahí resulta propio asociarlo a la política y poder pues en círculos influyentes y roscas privilegiadas se deciden los rumbos sociales.
Igualmente vale recordar las costumbres acrobáticas practicadas por los aztecas en México del siglo XI al XIV y al Sur de California los shoshoni en el siglo XVIII con malabares en carreras ecuestres al manipular tres bolas. Las prácticas asociadas al circo han tenido arraigo en todas las culturas, así intrínsicamente asociadas al dominio de centros urbanos ancestrales, que lo conecta a la Politiká de Aristóteles, 320 a. C. en griego ‘asuntos de ciudades’.
Matizar lo anterior con Víctor Hugo que a mediados del siglo XIX dijo “la libertad empieza donde termina la ignorancia” y su premonición en Los Miserables que “llegará ciudadanos, el día en que todo será concordia, armonía, luz, alegría y vida; y para que llegue ese día nosotros debemos morir”, así “la dicha suprema de la vida es la convicción de que somos amados, amados por nosotros mismos, mejor dicho, amados a pesar de nosotros”. En esa dirección exaltar a Ovidio que a inicios de esta era afirmo, “feliz es el hombre que ha roto las cadenas que lastiman la mente y ha dejado de preocuparse de una vez por todas”. Nuestra triste verdad está en las cadenas del atraso, la pobreza, la marginalidad y la demagogia abusiva condenatoria del pueblo desorientado.
La realidad de los países está definida y signada conforme el grado de seriedad o cinismo histriónico revestido por sus agentes políticos. Hay quienes deciden en beneficio particular con antivalores, ideología, narrativa y retórica perversa convertirse en payasos y títeres tiranos autoritarios fáciles de identificar en todo el mundo por sus excéntricas personificaciones junto a sus áulicos.
En la última década se aceptó gastar muy por encima de las posibilidades, y se duplicó la deuda pública hasta poner en riesgo la sostenibilidad fiscal y económica de Colombia. Necesitamos retomar el camino
El Distrito debe tener en cuenta, no solo los costos unitarios, sino también las capacidades de infraestructura, la atención efectiva a las necesidades particulares de los entornos, y la composición poblacional en las localidades atendidas