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Ernesto barrera
Como directivos lidiamos con los retos de la formulación y la ejecución estratégicas. Estamos en constante búsqueda de metodologías que nos permitan desplegar el oficio que nos corresponde como estrategas y aplicamos diferentes modelos para diagnosticar el presente y definir el futuro deseado para nuestras organizaciones.
A pesar del valor agregado que otorgan la rigurosidad y validez de las metodologías, el proceso se decanta hacia formulaciones genéricas o réplicas de lo que hacen otras empresas, lo cual restringe las posibilidades de diferenciación.
La metodología OnePage Strategy lleva a la convergencia necesaria para la diferenciación y su imbricación en la ejecución. Esta herramienta permite visualizar en una sola imagen los elementos críticos de la estrategia: propósito, misión, valores, diferenciación, megas y prioridades estratégicas.
Es una metodología de alineamiento porque permite convergencia en el equipo directivo en las conversaciones estratégicas, así como en sus uno a uno, al orientar en el día a día la ejecución hacia el norte definido.
Las prioridades estratégicas (qués) materializadas, vía elecciones y renuncias, se operacionalizan mediante una descripción concreta con dimensiones elaboradas por los directivos para luego empujar y capilarizar la cocreación en cascada hacia la operación, vía la ideación, construcción e implementación de políticas y proyectos estratégicos (cómos). Por ejemplo, si las prioridades elegidas para una organización específica fueran “simplificación”, “transformación digital” y “retención del talento” el comité directivo pasa a la cocreación con sus equipos para desplegarlas.
Como consecuencia, las conversaciones de los directivos y colaboradores se transforman hacia una alineación efectiva vía la formulación de preguntas y respuestas desde la estrategia. Se forja una nueva agenda con asignación de espacios de conversación y seguimiento iterativo a la ejecución (cómos) para cada una de las prioridades estratégicas (qués) a la luz del OnePage Strategy. Esta metodología simple también incentiva la redefinición o renovación estratégica (abajo-arriba) cuando los proyectos se transforman en prioridades e incluso sustituyen o desplazan las anteriores.
Esto es a lo que hemos denominado “estrategizar” o “ejecución estratégica imbricada”, que es cocreada y abierta a la renovación. Por supuesto, incluye la incorporación de habilidades directivas como empoderamiento, negociación, comunicación, rendición de cuentas, cercanía, y feedback para modificar estilos, mentalidades, comportamientos, reconfigurar restrictores organizacionales y desarrollar nuevas capacidades para la ejecución.
Con una metodología simple se define y empujan las prioridades estratégicas (foco futuro) entre los miembros del comité directivo y los distintos equipos, embebiendo la estrategia en el día a día, lo que va perfeccionando la ambidestreza del estratega.
Cuando un equipo de alta dirección converge en prioridades estratégicas “hechas a la medida” con definiciones propias de lo que significan, se cultiva la capacidad directiva para empujar con foco una ejecución imbricada por la estrategia y, por tanto, una fuente de ventaja competitiva. Y esto requiere la instalación y perfeccionmiento de las habilidades del estratega ejecutor.
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