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Como atlanticense y como firme creyente en el poder transformador de la educación, mi corazón se hincha de un orgullo inmenso. No estamos simplemente asistiendo a una mejoría en las estadísticas; estamos presenciando el surgimiento de una nueva generación de líderes forjados mediante el esfuerzo
colectivo y la equidad territorial.
Los resultados de las Pruebas Saber 11-2025 no son solo números; son la evidencia de que la apuesta por la calidad en nuestros colegios oficiales ha dado un vuelco histórico. El 68% de nuestras instituciones educativas públicas han subido su índice total de desempeño. Sin embargo, el verdadero himno de progreso se escucha con más fuerza en los rincones que históricamente fueron rezagados: nuestras zonas rurales.
Siempre he creído en la universalidad de la educación. Cada niño y joven, sin importar dónde haya nacido, merece las mismas oportunidades de alcanzar la excelencia. Por eso, el dato que me llena de mayor esperanza es que 82% de nuestros colegios rurales -32 de 39- mejoraron su índice total. Esto no es coincidencia; es el resultado de llevar las estrategias, la capacitación docente y los recursos a donde más se necesitan.
Ver cómo la I.E. Pánfilo Cantillo Mendoza, en el municipio de Campo de la Cruz, logra por primera vez una categoría “A” para el sur del Atlántico, es el símbolo más poderoso de esta transformación. El progreso educativo ya no es un privilegio de las cabeceras municipales, sino una realidad palpable en cada rincón del departamento. El campo se levanta, y con él, todo el Atlántico.
Esta transformación en la calidad académica no ocurre en el vacío. He sido testigo de cómo la dignificación de los espacios educativos actúa como un catalizador para la motivación. Es difícil pedirle a un estudiante que se concentre en la lectura crítica si el techo gotea o el baño está insalubre.
Al asegurar que cada joven estudie en instalaciones cómodas y seguras, estamos enviando un mensaje claro: “Tú nos importas; tu futuro vale el esfuerzo”. Un entorno de aprendizaje digno, como el que se está construyendo con los proyectos de rehabilitación, es el primer paso para fortalecer las competencias y consolidar el acceso equitativo a una educación de primer nivel.
Estos avances se reflejan en los logros individuales que nos llenan de emoción. Tener a cinco estudiantes en el rango de excelencia con puntajes entre 401 y 500 puntos, y a 686 jóvenes superando la barrera de los 300 puntos, nos demuestra que la base académica del departamento está más sólida que nunca.
El caso de Javier Alfredo Molina Molina, de la I.E. Juan V. Padilla, con sus 455 puntos, es un testimonio de que el talento no tiene código postal. Es un faro para toda la nueva generación. Y el camino no termina en la prueba Saber 11. El esfuerzo se consolida al abrir las puertas del futuro.
Hoy, 5.000 bachilleres de los municipios, corregimientos y veredas ya están cursando sus carreras universitarias de manera gratuita. En total, son 10.000 cupos universitarios que abrirán la llave maestra hacia el progreso económico y la construcción de proyectos de vida sólidos.
Hoy, la visión de un Atlántico para el mundo educativo es un hecho ¡Felicidad total y optimismo! Esta nueva generación está lista para conquistar el mundo y aquí estamos para catapultar ese impulso.
Esta caravana, que esperamos se convierta en una tradición para las navidades futuras, es la primera que desarrollamos en 137 años de historia y está inspirada en el lugar que nos provee el 70% del agua que consumimos en Bogotá, nuestro páramo de Chingaza
“Aquellas empresas que se relajen al mundo menguante de los bienes y servicios quedarán irrelevantes. Para evitar este destino, debes aprender a montar una experiencia rica y cautivadora”. B. Joseph Pine II
Diversas instrumentalizaciones en más de 200 años han definido las estrategias de acción internacional de Washington y han servido como precedente para otras potencias