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Analistas 16/06/2022

Un voto cómplice

Diego Gómez
PhD, Director ECSIM

Los jóvenes se enfrentan ahora a una situación inédita en la historia del país. Se trata de un proyecto con prácticas cuestionables y vecinas a lo criminal, de captura del estado por la vía democrática y además con amenazas de “estallido social” si la elección no los favorece. La campaña de Gustavo Petro se ha integrado con un grupo de asesores, senadores y partidarios vinculados a casos de corrupción, desinformación, manipulación de elecciones, de Colombia y el exterior. Quienes así actúan, no es con un propósito de usar bien el poder. Es con el propósito de utilizar el estado para su beneficio y enriquecimiento.

Para este asalto a la democracia, al igual que en las experiencias históricas en todo el mundo, requieren de idiotas útiles, en Colombia son los jóvenes. Los jóvenes rechazan el estado de cosas, rechazan la corrupción. Entonces, cómo están votando por esa campaña plagada de sospechas y evidencias de corrupción en decenas de sus integrantes. Aspiran a un cambio, pero cómo optan por un programa económico que repite y profundiza los errores del país y de Latinoamérica, eso no es ningún cambio. Los jóvenes deben asumir una responsabilidad histórica: Su voto no puede ser cómplice de la corrupción, del desprecio a la democracia y de la profundización de los errores que tienen a Latinoamérica como el continente fallido en la historia reciente.

El futuro de los jóvenes no depende de ningún estado. Depende de la sociedad y de las dinámicas que ellos mismos lideren. Las “oportunidades” consisten en ese cumulo de proyectos viables que decenas de personas crean, y se crean tantos como las condiciones, el conocimiento, el talento y la creatividad de una sociedad lo permitan. Las ciudades del país en donde hay una mayor dinámica de innovación y de creación de empresas presentan unas preferencias de los jóvenes diferentes a aquellas en las que las dinámicas recientes limitan las oportunidades de los jóvenes, pero también muestran que los jóvenes son menos activos en la construcción de su futuro por la vía del emprendimiento. El camino no es reforzar los mecanismos de dependencia fallidos en el continente. Esa debe ser la construcción de sociedad desde la transformación de las capacidades de la juventud.

El riesgo fundamental de ser instrumentalizados por intereses oscuros es la vulneración de la institución central desde la cual construimos el desarrollo: la democracia. Las practicas contrarias a los principios democráticos que han evidenciado los llamados “Petrovideos” descalificarían radicalmente al partido y el candidato que los están practicando. Un aspecto debería ser inadmisible para los jóvenes, los están manipulando e instrumentalizando. Deberían tener una postura ética de rechazo absoluto a esta opción. No pueden admitir convertirse en los idiotas útiles de un proyecto que ha socavado la democracia.

La reflexión de las nuevas generaciones debería ser en torno a las limitaciones con que se encuentran al enfrentar una vida de autonomía en la sociedad. ¿Porque los jóvenes latinoamericanos no tienen las mismas oportunidades de realización que tienen los jóvenes de los países de las regiones del mundo que están saliendo del subdesarrollo? Las respuestas que encontrarán son inspiradoras para encausar ese espíritu y energía juvenil de cambio.

Es esos países, hay una dinámica de innovación y emprendimiento en la que participan unas nuevas generaciones portadoras de conocimientos de avanzada y capacidad creativa que esta logrando

trasformar sus sociedades superando la pobreza y la exclusión. Ojalá vieran que es todo lo contrario a lo que podemos esperar de la escalada de impuestos, anti empresarismo y promesas de asistencialismo y subsidios para superar la pobreza que propone Petro.

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