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Analistas 15/08/2023

¡Sí a los amigos en el trabajo!

Claudia Dulce Romero
Directora de Extensión y Egresados, Universidad del Rosario

He escuchado algunos líderes que creen que a la oficina sólo se va a trabajar, haciendo hincapié en que no hay que promover relaciones cercanas en los ambientes laborales. Y repiten como Jaider Villa, exparticipante de Protagonistas de Novela: “Yo no vine a hacer amigos”. Sin embargo, al asumir esta postura, se pierden oportunidades de oro con el equipo de trabajo y también en su vida personal.

Pasamos la mayoría de nuestro tiempo en la oficina, creando nuevos proyectos, tomando decisiones importantes y compartiendo espacios sociales. Pasar un tercio del día en el trabajo nos permite conocer a los compañeros un poco más y crear lazos de confianza, que al final son el pegamento de cualquier relación. La confianza es lo que nos permite comprender a la otra persona, tomar riesgos en conjunto y trabajar con transparencia.

En 2021, la empresa británica Wildgoose realizó la Encuesta de amistad y felicidad en el lugar de trabajo a empleados de 1.052 compañías y reveló que 57% de los encuestados está de acuerdo con que tener un buen amigo en el trabajo hace que este sea más agradable. Adicionalmente, 22% de los trabajadores dijo que es igual o más productivo cuando desarrolla sus labores con amigos.

Sentirse acompañados, incluso, les brinda mayor seguridad: 21% de los empleados agregó que las amistades los motivan a ser más creativos y les ayudan a superar problemas personales o laborales. En conclusión, esta investigación demostró que tener amigos en el trabajo aporta múltiples beneficios como satisfacción laboral, mayor productividad y apoyo emocional.

Los líderes necesitan personas de confianza a su alrededor, que les digan lo que están haciendo bien y lo que podría mejorar. Esa confianza se logra con el paso de los años, viviendo triunfos y fracasos, y también conociendo las luces y sombras de cada parte. Aunque para eso quizá no se necesita un amigo, el camino es mucho mejor cuando se tiene a uno cerca, pues un buen amigo trata de velar por nuestro bienestar, se alegra por nuestros logros y nos guía con cuidado y afecto cuando no hay claridad.

Sin embargo, no todo es tan perfecto. Lo negativo de estas relaciones en el trabajo es que para algunos es difícil saber diferenciar entre lo laboral y lo personal. Para trabajar de manera armónica y respetuosa con los roles de cada uno, hay que fijar límites y acuerdos. Cuando esto no sucede, lo que se soñaba como un paraíso puede terminar en un infierno. Por eso, les sugiero que prioricen la honestidad, eviten los favoritismos, cuiden el trato con el otro y cumplan con las tareas y los objetivos establecidos.

Otro consejo es que constantemente hagan retroalimentaciones para evitar que se agranden disgustos, malentendidos y descontentos, sobre todo si alguna de las dos partes amigas es jefe de la otra. Puede que en algún momento se deba despedir o cambiar de posición a la persona, ya sea por temas administrativos o falta de rendimiento, y esto puede ocasionar un rompimiento de la relación, porque puede tomarse como un ataque personal. Recuerden que amor no quita conocimiento, y que tomar decisiones basadas en hechos puede evitarles estos problemas.

Pero una vez teniendo esto claro: ¡sí a los amigos en el trabajo! El trabajo se vuelve más llevadero y divertido. Como dice Bell Hooks, en su libro Todo sobre el amor, “la amistad te ofrece una forma de experimentar la alegría de compartir en una relación en la que aprendes a procesar los problemas y a tratar las diferencias y conflictos, manteniendo siempre una conexión íntima con el otro”.

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