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Analistas 19/02/2022

Una compra cívica

Catalina Ortiz
Analista

En Colombia a veces nos enfrascamos en discusiones que nos impiden ver buenas noticias y sobre todo dinámicas que se salen de las narrativas acostumbradas. Por eso, hay que llamar la atención sobre lo que está pasando con el periódico El Colombiano. Apenas unas semanas antes del cumpleaños número 110 de uno de los medios de comunicación más importantes de Antioquia y del país, se concretó un negocio que cambia la composición accionaria

La operación culminó con la adquisición de 51% de las acciones del Grupo El Colombiano por parte de los nuevos socios, dejando al grupo familiar Gómez Martínez -parte de los socios fundadores- con el restante 49% del capital accionario.

Hasta ahí, no parecería haber nada especial. Pero, una mirada más de cerca revela varias cosas interesantes y que son ejemplo. Por un lado, los nuevos socios no hacen parte del Grupo Empresarial Antioqueño o GEA, lo que demuestra que el tejido empresarial antioqueño va mucho más allá de los tradicionales.

El número y diversidad del nuevo bloque de accionistas da muestra de un capital social entre los empresarios antioqueños que aún siendo tantos son capaces de ponerse de acuerdo rápidamente para hacer un negocio que fuera del retorno económico, lo inspira el deseo de proteger al medio de comunicación por el que se informa Antioquia y es clave para la democracia local.

Lo cierto es que hace rato se rumoraba que en la arremetida del Grupo Gilinski contra el GEA, había conversaciones en marcha para que Gilinski comprara El Colombiano, que si bien no es del GEA, sería una herramienta poderosa para aumentar control sobre la dinámica de la región.

Pero, gracias al liderazgo de personas como Juan Luis Aristizábal, de Conconcreto; Carlos y Alejandro Mesa, de Premex; y los Mejía - de Alkosto y Ktronix- se armó un bloque para evitar que además de la conquista en marcha de las empresas emblemáticas del GEA por parte de los Gilinski, también se quedaran con el periódico local. El pool de nuevos dueños incluye empresas como Acierto, Arquitectura y Concreto, Crystal, Cadena y TCC, entre otros.

Esta compra cívica contrasta con lo que estamos acostumbrados. Dicen que los Gómez, dueños del periódico, hubieran podido asegurar un mejor precio de parte de los Gilinski. Sin embargo, pusieron por encima a su región y el legado de una familia. Se dice que hay acuerdo para mantener al equipo directivo, a la junta, y tener reglas claras acerca de la no intervención editorial por parte de los nuevos dueños.

El Colombiano venía con dificultades. En 2020 tuvo Ebitda negativo. Y si bien en el 2021 tuvieron una mejora sustancial, debían lidiar con el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, quien haciendo uso de los recursos públicos como si fueran propios y como herramienta de censura, limitó la pauta de la Alcaldía en este medio.

Si bien todavía falta ver cómo se comporta el periódico para delante, lo que ha pasado con El Colombiano es un ejemplo para otros. Uno de ellos es, sin duda, El País de Cali, amenazado con bancarrota, por los Gilinski y por la falta de unos nuevos socios cívicos locales. Ojalá en el Valle tomen nota y se inspiren.

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