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Analistas 12/05/2022

¡Mujeres y pobreza es un problema!

Catalina Ortiz
Analista

El primer paso para solucionar un problema es estar de acuerdo, como sociedad, en que es un problema. Esto lo digo a propósito de los datos de pobreza monetaria y pobreza multidimensional en Colombia para 2021 que presentó el Dane hace algunos días y que, entre otras cosas, señalan la desafiante situación de las mujeres en el país.

Las cifras muestran que la reactivación económica y la recuperación de empleo disminuyeron la pobreza y la pobreza extrema respecto a 2020. Sin embargo, aún están por encima de los niveles prepandemia y comprueban que en el caso de las mujeres las brechas preponderantes se mantienen.

El informe revela que en Colombia el hecho de ser mujer aumenta la probabilidad de estar en pobreza monetaria o monetaria extrema. Lo cual quiere decir que son más las mujeres que los hombres que no tienen los ingresos necesarios para adquirir la canasta básica de alimentos, los servicios públicos y en general las condiciones de vida mínimas para su subsistencia.

Aún más preocupante es que los hogares donde la jefa de hogar es mujer tienen mayor probabilidad de ser pobres. Mientras que 37% de los hogares donde el jefe de hogar es hombre son pobres, cerca de 43% de hogares con mujeres a la cabeza están en esa condición, una brecha de cerca de 6 puntos porcentuales.

Estar en un hogar donde la mujer es cabeza de familia implica una mayor probabilidad de que el hogar tenga peores condiciones educativas, menor protección a la niñez y juventud, menor calidad de trabajo, menor acceso a salud y a servicios públicos domiciliarios, así como peores condiciones de vivienda.

La grave situación económica en la que se encuentran las mujeres no puede ser desconocida. La pobreza que padecen cuatro de cada 10 mujeres se traduce en que, para el mes de marzo, 12% de las mujeres en el país tuvieron dificultades económicas para atender su periodo menstrual, además de que las mujeres son más golpeadas por fenómenos como la alta inflación -que para abril fue de más de 11% para las personas pobres y vulnerables-.

A menos de un mes de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, es importante reiterar que las mujeres necesitan una política económica que les permita acceder a verdaderas soluciones en términos de mejores ingresos, oportunidades de empleo y emprendimiento.

Por eso, mi apuesta es por Sergio Fajardo y su compromiso por crear 2 millones de empleos nuevos entre públicos y privados en todo el país, de los cuales la mayoría serán para mujeres; además de reducir el número de mujeres jóvenes ninis -que ni estudian ni trabajan-. Fajardo promoverá los negocios liderados por mujeres, el acceso al crédito y asistencia técnica, así como su ingreso a programas de formación en ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas de manera que puedan acceder a mejores oportunidades de trabajo. También, buscará reducir la carga de las actividades no remuneradas para que las mujeres tengan mayor tiempo para participar en actividades pagas.

Como sociedad debemos estar de acuerdo en que la pobreza monetaria de las mujeres es un problema preponderante. Ese es el primer paso para la solución.

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