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Tras los resultados de la primera vuelta, en donde tristemente perdió mi candidato, Sergio Fajardo, que era de lejos el mejor, toca tomar una decisión para la segunda vuelta y yo lo he hecho.
He escogido acompañar al ingeniero Rodolfo Hernández. Me alegra profundamente que la conversación nacional supere la confrontación entre uribistas y anti-uribistas, y se pueda embarcar en un gobierno legítimamente distinto a lo que hemos tenido durante tantos años. Hemos vivido en unos gobiernos atrapados entre señalamientos y etiquetas. Pero el gobierno de Rodolfo Hernández, como diría Fajardo, es un gobierno que permite “voltear la página”. Por fin.
Luego de reflexionar y examinar resultados anteriores y entender lo que es mejor para el país en términos económicos, tributarios, de política social y reactivación económica, considero que Rodolfo Hernández es sin duda la mejor opción que podemos tomar.
Rodolfo Hernández tuvo logros notables en su paso por la Alcaldía de Bucaramanga, como sanear la tesorería del municipio saldando las cuentas por pagar del déficit de la Alcaldía en $236.000 millones, y dejando un superávit de $100.000 millones, que para las finanzas de la ciudad es una cifra muy importante. También, logró la reducción en el gasto de funcionamiento estatal, cumplió con tener al 70% de su gabinete ocupado por mujeres. Durante su periodo se redujeron los feminicidios 60%, y el embarazo adolescente en casi 25%, por nombrar algunos.
Pero por el otro lado está la faceta empresarial del ingeniero. Yo valoro la “generación de valor”. Eso tan difícil y escaso que hacen los empresarios. Rodolfo Hernández ha sido excelente administrador y creador de valor para la sociedad. Que bueno un presidente que tenga los atributos necesarios para crear valor. Contrasta con un Gustavo Petro que ha tenido un cargo público desde principios de los 90, o bien como congresista o alcalde de Bogotá. Petro es hoy irrefutablemente parte del Estado que pretende cambiar. Rodolfo, en cambio, creó su empresa en 1972 y hoy día ofrece empleo a más de 500 personas con salarios de mínimo $1,6 millones, sin hablar de los impuestos que paga como persona y los de su empresa.
No sorprende, pero si aterra el populismo de Petro. Fajardo le sacó las cuentas y para cumplir sus propuestas de gasto social se irían $139,5 billones, pero no tiene una reforma tributaria que le alcance para financiarlos. Nos habla de reformas para recoger $64 billones que es cinco veces más que la reforma que más ha recaudado. Otro tren en el aire.
Las promesas de Petro ilusionan a los incautos pero son imposibles, indeseables e irresponsables. Y es allí donde los que preferimos Gobernar con la evidencia y la sensatez debemos actuar.
Por eso, escojo un Presidente al que le sumen los números. Estoy segura que Rodolfo le conviene muchísimo más a Colombia. Me refresca una persona hablando y con un récord de austeridad. Un creador de valor. Un administrador público probado.
PD. Cantar mi voto no significa que le haga cheque en blanco a Rodolfo. Con independencia le haremos el control necesario. También, estoy segura que el ingeniero oye mucho más que Petro, al que le renunciaron 69 personas de primer nivel en la Alcaldía.
