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Es claro que la administración Trump tiene un sesgo altamente proteccionistas y piensa que un empleo utilizado en un bien importado es un empleo perdido en su país. Piensa igualmente que el saldo de la balanza comercial es el principal indicador de la política exterior. Sobra decir ambos supuestos son falsos.
Sobre el primer aspecto en columna anterior recordé a Smith y a Ricardo en materia de comercio exterior. Sobre lo segundo vale la pena ahondar un poco más pues no es solo Trump quien piensa que el saldo de la balanza comercial es el aspecto más relevante del comercio exterior. Lo primero sea decir que no existe ninguna relación entre saldo de balanza y crecimiento económico. Revisando cifras de los EE.UU. y de Colombia en los últimos diez años es claro que no existe ninguna correlación entre estas dos variables. Eso no es ninguna sorpresa ya que importar es tan bueno como exportar contrario a lo que piensa mucha gente.
El comercio exterior, como bien lo anota Krugman, no es una guerra de suma cero donde el que exporta gana y el que importa pierde. De ser así y dado que todas las exportaciones del mundo suman igual a todas las importaciones, las perdidas serían igual a las ganancias y el ejercicio del intercambio internacional sería totalmente estéril. !No!. Gana el que importa porque consigue bienes y servicios más baratos y gana eficiencia y mejora sus procesos de producción y gana también el que exporta. En cuanto al déficit ello depende con que lo financie. Si un país trae más bienes de los que exporta mejorará el bienestar para sus ciudadanos, pero para ello se endeuda en poco tiempo ese déficit le resultará nefasto. Si por el contrario ese déficit se financia con inversión extranjera, remesas o repatriación de utilidades, ese déficit no será tan grave. En el caso de Estados Unidos, que es el país del mundo que más recibe inversión extranjera y con el mayor número de multinacionales que repatrian sus utilidades, se suma que tiene la facultad de emitir la moneda de cambio (el dólar) que los demás países con superávit guardan como reservas sin que ello incida en su inflación. El problema no es el déficit.
Estoy seguro que si bien Trump no entiende estos principios y argumenta que el déficit es el mayor problema que tiene los EE.UU., sus asesores y la burocracia del comercio exterior en el Ustr, sabe que esto es así. ¿Será que el señor Trump quiere pegarse un tiro en el píe encareciendo los bienes importados que consumen sus ciudadanos y perjudicando a los agricultores que exportan productos americanos?. !No creo!
Estamos frente a una estrategia de negociación a lo bruto que empieza por amenazar para poder sacar en el proceso una ventaja a su contraparte. Esto es lo que ha hecho con Corea del Norte, con el Daca, con los aranceles del acero y ahora con los aranceles a China. Primero amenaza y luego quiere reunirse con Kim Jong-un. Dice que acaba Daca para poder negociar otros temas con los demócratas. Impone aranceles al acero y va exonerando de la carga a los socios del Nafta a quienes amenaza si no negocian lo que EE.UU. se propone. Los aranceles a China no se han implementado y ya Wilbur Ross, secretario de Comercio habla de una negociación con los chinos.
Primero golpea la mesa, luego amenaza y finalmente esa resulta ser una estrategia de negociación de la cual quedan heridas y resentimientos que no construyen soluciones en el largo plazo.. Que bueno le convendría a Trump tomar un curso de negociación en !Harvard!