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Analistas 22/01/2019

El costo del terrorismo

Carlos Ronderos
Consultor en Comercio y Negocios Internacionales

Todos los colombianos estamos indignados, abatidos y desconsolados con el atentado cobarde que el ELN perpetró en la escuela de cadetes, asesinando de manera injustificable a jóvenes policías que iniciaban su formación académica. Cuando los colombianos creíamos que estábamos viendo la luz al final del túnel nos encontramos con el drama recurrente de la violencia; una sombra de la cual trágicamente no logramos escapar. Esta sombra empezó a manifestarse con acciones recurrentes sobre líderes sociales en el proceso de reconstrucción de un tejido campesino destruido durante el conflicto armado, continúa con la aparición de los primeros atentados contra la población (Centro Andino) y el recrudecimiento de voladuras de oleoductos, y la semana pasada se escala a una acto de gran impacto y envergadura.

Pero más allá de la solidaridad con las víctimas y del desconcierto que produce pensar que nunca seremos capaces de huir de esta tragedia nacional, esta secuencia de hechos tiene un enorme impacto en la economía nacional en muchos y diversos ámbitos.

A nivel macroeconómico, el anterior gobierno estimaba que la pacificación resultado de la desmovilización de la guerrilla y el Acuerdo de Paz podría tener un pacto sobre el crecimiento del PIB del 1,9%. Un estudio econométrico realizado por la Universidad de la Sabana y el Centro de Recursos para el Análisis del Conflicto (Cerac)1, que analiza el impacto que podría tener la implementación correcta de los acuerdos sobre las economías departamentales, concluye que “si los ataques de la guerrilla se redujeran en un 100%, y todo lo demás permaneciera constante, entonces el PIB departamental aumentaría anualmente en promedio 4,4%. Esto significa que el conflicto armado le cuesta en promedio a la economía colombiana 4,4 puntos porcentuales de su tasa de crecimiento anual departamental.”

Este impacto positivo sobre la economía del país sería la sumatoria del efecto que una sociedad en paz puede tener sobre diferentes sectores. De todos es sabido que Colombia tiene un enorme potencial agrícola y que dispone al menos de 5 millones hectáreas que pueden desarrollarse de manera más productiva y que ello no ha sido posible porque ha sido en estas zonas donde ha convivido el conflicto armado y los cultivos ilícitos.

El turismo que se ha convertido de la noche a la mañana en una nueva fuente de divisas y empleo es otro sector como extrema sensibilidad frente a las acciones terroristas. Esto se vio con los flujos de turistas tanto en París como Turquía. Otro gran damnificado será la inversión extranjera, muy esquiva frente a estos fenómenos.

Existen otros frentes que incidirían en el positivo crecimiento de la economía como la posible disminución de gastos en seguridad que permitiría orientar recursos públicos a sectores más productivos, pero en el caso específico que vive Colombia un impacto nefasto es el de los atentados contra la infraestructura petrolera. Ecopetrol calcula en decenas de miles de millones de pesos los impactos de estos atentados por pérdidas, costos de vigilancia, costo de reparación, y todo ello sin calcular los costos del impacto ambiental de los derrames de crudo.

Si bien se estima que en este 2019 la economía tendrá un mayor crecimiento a pesar del ambiente de incertidumbre en la economía mundial, la incertidumbre y el impacto del recrudecimiento de las acciones terroristas y la aparición de nuevas fuerzas delincuenciales armadas pueden poner en jaque esta perspectiva.

1 Crecimiento económico, conflicto armado y crimen organizado, evidencia para Colombia

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