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Analistas 04/02/2017

Cultura tributaria, estratificación y equidad

Carlos Ronderos
Consultor en Comercio y Negocios Internacionales
La República Más
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Ahora que estamos estrenando reforma tributaria (la segunda en este Gobierno) es conveniente reflexionar sobre quiénes pagan y quiénes no pagan y sumado a lo anterior cuestionar el sistema de estratificación que acaba distorsionando aún más el esquema fiscal en aras de la equidad tan lejana. 

Juan Guillermo Ruiz, presidente del Instituto Colombiano de Derecho Tributario, comentaba a propósito de las jornadas que realiza ese instituto en este mes de enero, que el hecho que solo sean algunos los que pagan los impuestos equivale a que la cuenta de la mitad de los comensales de un restaurante la paguen la otra mitad porque los primeros se volaron sin pagar. En efecto, solo 2.030.000 colombianos declaramos renta y pagamos impuestos y tan solo 350.000 personas jurídicas declararon en 2016 según el Director de la Dian. En el IVA todos sabemos la evasión es mayor. 

No se necesitan grandes estudios para saber que en un país con 50 millones de habitantes, es decir más de 10 millones de familias, en el cual solo tributan 2 millones de personas, y en el cual tan pocas empresas pagan sus impuestos, la evasión es rampante y no importa cuánto aumenten los impuestos la plata nunca va a alcanzar. De hecho, los recaudos por impuestos suman algo más de 20% del PIB, lo que resulta ser una cifra muy pobre cuando se compara con los demás países de la región (Puesto 11 según la Ocde), y la pobreza no es disculpa porque es mayor en Ecuador, país con ingresos inferiores a los de Colombia. Esto es aún más grave si se tiene en cuenta que las tasas de tributación que pagan las empresas son más altas que las de esos países. Es que simplemente dada la evasión masiva (No MÁS IVA) la base tributaria es muy reducida y no importa que tan fuerte se graven a los pocos que pagan, lo que entra para el gasto es poco y estamos condenados a un déficit fiscal crónico si queremos cumplir con las obligaciones sociales del Estado…..y con la mermelada y la cuota creciente de corrupción!.

De otro lado debemos considerar otra aberración colombiana que desde hace décadas estigmatiza la sociedad, dividiéndola en castas (Estratos se llama técnicamente). Este engendro que se inventaron unos técnicos para superar la inequidad se ha convertido en un agujero más mediante el cual se cuelan las evasiones. Actuar como rico y pasar por pobre permite navegar dentro del sistema fiscal evadiendo de manera recurrente, mientras segmentos de la sociedad sufre la estigmatización de pertenecer al estatus uno, dos o tres. Pagar en los estratos bajos y vivir en los altos parece ser una formula que el sistema perpetua. 

Esto funciona desde hace años en la clasificación de impuesto a la propiedad y de los subsidios que el Estado otorga a los usuarios de servicios públicos, ambos temas fiscales de profundo calado y ahora funciona también con el IVA dado que existen IVA diferenciales según estrato como en el caso del internet o los servicios de telefonía. 

El hecho que tan solo unos pocos paguen (los ricos??) y que estratifiquemos la sociedad en castas en aras de quitarles a los que más tienen y darles a los menos tienen, no ha redundado en mayor equidad. La fórmula ha fracasado y según el Banco de la República “durante los últimos 20 años la distribución del ingreso en Colombia se ha deteriorado considerablemente”. ¿No será que mejor ampliamos la base, bajamos los impuestos y buscamos fórmulas de reducir la corrupción a ver si con una nueva fórmula superamos la inmensa desigualdad sin estigmatizar a los más pobres?

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