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Los “adulescentes” (kidults en inglés) que algunos consideran como una creación de actividades mercadológicas, son las personas que se sienten siempre jóvenes y así se comportan; también, para algunos sociólogos son fenómenos socioculturales generados por los adelantos tecnológicos, el incremento de divorcios y las campañas por la reducción de los índices de natalidad, siendo, en todo caso, personas que tienen ese comportamiento como describió el sicólogo gringo Dan Kiley, autor del libro sobre el síndrome de Peter Pan (The Peter Pan Syndrome: Men Who Have Never Grown Up).
Esta es la razón por la cual el estudio o monitoreo constante del comportamiento de los mercados o del consumidor es cada día más necesario, y mucho más cuando estamos viviendo una época de altos niveles de incertidumbre, negativismo y desconfianza, que se suma al desgobierno colombiano. Igualmente, ante la expectativa que se siente en el mundo entero por la muerte del Papa Francisco y el nombramiento de quien será su sucesor.
Sentirse eternamente jóvenes es una tendencia que crece y que, según algunos, puede y debe ser capitalizada por todas las organizaciones, sobre todo en épocas o temporadas durante las cuales muchas decisiones son tomadas como típicas de adolescentes, dando a entender que parecen estar obsesionados por juegos, juguetes, programas y ropa para jóvenes en lugar de lo considerado tradicional para la generación adulta.
Es un comportamiento que aunque algunos sicólogos y sociólogos califican como resultado de inmadurez que se sostendrá por algún tiempo, largo según dicen unos, y que otros opinan que se debe a las ofertas que en un entorno tan competido, competitivo y complejo se tienen hoy, es decir, a actividades de mercadeo más que otra cosa, aunque también muchos argumentan que el síndrome de Peter Pan, con rasgos de rebeldía, negación del envejecimiento y alejamiento de las leyes sociales y legales, es el que está haciendo que sea notoria la población “adulescente” en todo el mundo, la que, en otros escenarios como el laboral y el profesional demuestra ser casi que del todo normal, incluso sobresaliente en muchísimos casos, económicamente estable, pero mucho más independientes que los realmente adolescentes.
Por lo dicho, son muchas las actividades de mercadeo que se han desarrollado, y aparecen en los planes de mercadeo para estos segmentos: programas de televisión que regresan reencauchados, las cirugías estéticas, la moda, los discos de acetato y muchas cosas y actividades que se aprecian. Es por ello que las ventas de marcas como Nike, para citar solamente una, son en un alto porcentaje para personas adultas que no practican la actividad atlética para la cual se han diseñado, y muchos productos de aseo que teóricamente se dirigen a los mercados juveniles son los preferidos y usados por esos adulescentes.
Estamos comenzando temporadas de grandes promociones del año como los días de la madre y del padre que harán posible apreciar con mayor intensidad este fenómeno, que no es propio del comercio, sino que llama poderosamente la atención de gente de mercadeo, y que se da en todos los campos, incluyendo el mundo artístico, la política, el deporte y más. Basta observar las expectativas de edad poblacional, la publicidad, algunas actividades promocionales y otras, y podrá notarse la importancia que los “adulescentes” tienen en el mercadeo.