Las clases sociales en Colombia

El ingreso per cápita de los hogares es una de las variables más relevantes dentro del análisis económico. Específicamente, hace referencia a los ingresos que recibe cada miembro de un hogar dentro de un periodo de tiempo determinado. Para calcularlo, el Dane realiza una suma y ponderación de los distintos tipos de ingresos en un hogar en un mes.

Luego, divide esta cantidad entre el número de miembros en el hogar, sin importar si generan o no ingresos. A partir de esta definición, es posible definir umbrales para la identificación de distintas clases sociales en grupos como: pobres, vulnerables, clase media y clase alta.

A pesar de que el análisis de clases es complejo y requiere tener en cuenta distintos factores y disciplinas, la definición de ingreso per cápita es ampliamente utilizada alrededor del mundo y presenta grandes ventajas como: i) los ingresos son datos que están disponibles en las encuestas de hogares, que son públicas y de fácil acceso; ii) el ingreso per cápita tiene una alta correlación con otras características de las clases sociales como el nivel educativo, la situación de empleo, la informalidad laboral, los patrones de consumo y tenencia de bienes; iii) cambios en la composición de las clases sociales a lo largo del tiempo permiten una medida de movilidad social; iv) la metodología utilizada por el Dane incluye en la clase media aquellos con una probabilidad de caer en la pobreza menor a 10%.

Lo anterior conlleva a que la medida sea una manera eficiente de realizar el análisis de clases, pues permite relacionarla con otros aspectos más allá de una medida monetaria, en favor de identificaciones útiles para el planteamiento y evaluación de políticas públicas.

En 2022, el Dane publicó un estudio titulado Análisis de las clases sociales en las 23 ciudades y áreas metropolitanas de Colombia, en el que hizo la clasificación de las clases sociales entre 2019 y 2021. Aunque aún no se encuentran publicados los datos oficiales del ingreso per cápita, en Anif realizamos unas proyecciones de esta medición para analizar el panorama de las clases sociales en las 23 ciudades del país en el 2022.

En primer lugar, de acuerdo con nuestro Informe Semanal No. 1570 ¿Cómo afecta la pobreza por ingreso a los colombianos? Un análisis de los resultados para 2021 y proyección 2022, la línea de pobreza monetaria para 2022 estaría en $420.676. Con lo anterior, se clasifican como pobres aquellas personas en hogares con ingresos mensuales per cápita menores a la línea de pobreza monetaria y como vulnerables a aquellas personas en hogares con ingresos mensuales per cápita entre la línea de pobreza monetaria y $780.292.

Teniendo en cuenta los umbrales antes descritos, el grueso de la población (56,7%) se encuentra en el agregado de la clase vulnerable y aquellos clasificados como pobres. En específico, 30,9% de las personas en las 23 ciudades es clasificada como pobre y 25,8% como vulnerable. Relativo al estudio del Dane, lo anterior implica una disminución en la pobreza, pero un aumento en la clase vulnerable.

Adicionalmente, para 2022 el rango de ingreso mensual per cápita que define aquellas personas que se encuentran en la clase media calculamos que se ubica entre $780.292 y $4.201.570. Como resultado, el 38,7% de los hogares colombianos en las 23 ciudades hicieron parte de esta clasificación, lo cual es importante, ya que una clase media amplia y consolidada es beneficiosa para un país dada su correlación con mayores niveles de ingreso, un ritmo de crecimiento más alto y mejores políticas económicas. Finalmente, el porcentaje de personas pertenecientes a clase alta (aquellos con ingresos mensuales per cápita mayores a los $4.201.570) representan 4,6% de la población colombiana.

A partir de lo anterior, en contraste con el estudio del Dane para 2021, parece haber una transición de los hogares hacia la derecha de la distribución durante 2022. Sin embargo, la alta proporción que aún se sitúa en las clases bajas evidencia los desafíos que existen para salir de la pobreza y lograr un engrosamiento relevante de la clase media, pues el principal traslado parece haber ocurrido de la clase pobre a la vulnerable.

Un ejemplo que permite ilustrar la clasificación propuesta es el de una madre soltera que debe mantener a 2 hijos que se encuentran estudiando. Si esta madre soltera ganara, por ejemplo $1.200.000 al mes, el ingreso per cápita de su hogar sería de $400.000. Con esta suma de dinero tanto ella como sus hijos se encontrarían en la pobreza (ingreso per cápita menor a $420.676).

Para poder ingresar a la clase media, los ingresos totales de la madre soltera ilustrada en el ejemplo deben ser de al menos $2.340.876. En consecuencia, en ningún momento se está afirmando que una persona que gana $780.292 o incluso un salario mínimo y deba mantener a una familia de dos o más personas ya se encuentre automáticamente consolidada en la clase media.

De forma adicional, el análisis que permite esta identificación va más allá de una clasificación por ingresos, ya que se correlaciona con distintos aspectos dentro de las clases. En nuestro informe semanal No 1574 Las clases sociales en Colombia: un análisis a partir del ingreso per cápita, observamos brechas entre clases en el mercado laboral, en el nivel educativo y en la tenencia de bienes. En específico, las clases más bajas presentan grandes desafíos como un mayor desempleo, menor formalidad, niveles educativos más bajos y una menor posesión de bienes que podrían ayudarles a mejorar su bienestar.

Así mismo, se evidencian brechas de género dentro de cada una de las clases que se acentúan a medida que disminuye el ingreso per cápita. Dentro de las más marcadas se encuentra la jefatura del hogar, los niveles de informalidad más altos para las mujeres más pobres y el mayor desempleo que deben enfrentar las mujeres de menores ingresos.

Como resultado, la identificación de las clases sociales por medio de la definición del ingreso per cápita conlleva a una caracterización adecuada de la población. No pretende emitir juicios de valor, ni proviene de umbrales arbitrarios, sino que representa una herramienta técnica de alta utilidad para el análisis social y económico, así como permite una mejor formulación de política pública.