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Analistas 31/01/2024

Bravo pueblo: en ustedes confiamos

Alfredo Sarmiento Narváez

La posibilidad de dar de alta a la democracia en Colombia, hoy en cuidados intensivos por efecto de la agenda que adelanta el gobierno Petro, depende orgánicamente de la pronta restauración de la democracia en el hermano país de Venezuela.

El Tribunal Supremo de Justicia confirmó la inhabilitación de María Corina Machado, una decisión funcional a los intereses del régimen de Maduro, que olímpicamente se pasa por la faja acuerdos parciales alcanzados en Barbados y en reuniones que se sostuvieron en México.

El régimen madurista, sin sonrojo alguno, tira un portazo en la cara a una comunidad internacional expectante. Se saben bribones del vecindario y se sienten orgullosos de serlo.

Las sanciones impuestas en el pasado por EE.UU. a Venezuela, concebidas para presionar la salida de un régimen con agenda antidemocrática, ya no surten efecto. Dichas sanciones, de ser mantenidas e intensificadas, generarán un efecto atornillador del régimen madurista.

En una primera reacción, algunos sectores de oposición en Venezuela, ante la canalla inhabilitación de María Corina Machado, proponen la abstención en próximos procesos electorales y renunciar a la ruta electoral.

Hay que comprender y respetar esa indignación y esa apuesta por la abstención, pero al mismo tiempo también, con consideración y respeto, hay que advertir a todos los sectores democráticos de oposición en Venezuela, que una abstención en una jornada electoral y el vacío que ello crearía, es lo que precisamente busca el régimen de Maduro para perpetuarse en el poder.

En ese escenario, Maduro y su gente tendrían a la mano la oportunidad de darle un barniz pseudodemocrático a su ilegítima pretensión de mantenerse en el poder.

Abstenerse de participar en el proceso electoral y repetir la fórmula ya probada e inocua de las sanciones norteamericanas, es seguir en el corcho en remolino que tiene al pueblo venezolano en tan deplorable situación económica, social y política, situación de la que es menester liberarse, para su propio bien y de la región vecina.

La oposición en Venezuela, con sus diversas vertientes, está abocada a conjugar el verbo CREAR y buscar opciones que faciliten la transición y restauración de su democracia.

Conjugar el verbo crear, ha de ser en primera persona del plural y no del singular, pasando del yo al nosotros, teniendo absoluta claridad que de la cohesión y triunfo en las próximas elecciones, depende la sostenibilidad democrática no solo de la tierra que parió a Bolívar, sino de toda la región por la cual El Libertador entregó sus desvelos y mejores energías, en compañía de otros virtuosos venezolanos como Miranda y Sucre; esos ilustres venezolanos, también merecen ser liberados ante la ignominiosa e instrumental captura de su legado, por parte de un régimen que busca apoltronarse para siempre en los poderes públicos de Venezuela.

Los amigos de Venezuela en Colombia estamos llamados a contribuir a que el bravo pueblo no renuncie a la ruta electoral, tal vez, última carta que les queda en esta cruzada por restablecer una democracia que le ha sido conculcada durante más de 20 años.

Unión y voto: consigna indeclinable en los días por venir.

Bravo pueblo de Venezuela: en ustedes confiamos.

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