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Analistas 27/10/2018

El poder de la vulnerabilidad

Aldo Civico
Antropólogo y estratega de liderazgo
Analista LR

Hace unos años John Doerr, miembro del consejo directivo de Google, le dijo al entonces CEO Erich Schmidt que tenía que contratar a un coach ejecutivo. Al principio, a Schmidt no le gustó la idea. “Soy un CEO exitoso, ¿por qué necesito un coach? ¿Algo está mal? “, preguntó. Doerr le insistió, diciendo, “todos necesitamos a un coach”. Fue así como el ex CEO de Google contrató al legendario coach de Silicon Valley, Bill Campbell.

Hoy en día, Schmidt no concibe que un CEO no esté acompañado por un coach ejecutivo. De hecho, no hay un atleta o un artista de talla internacional que no cuente con el acompañamiento de un coach. “Nadie se puede ver a sí mismo, como lo puede ver alguien desde afuera. Un coach es fundamental para ofrecerte una perspectiva prospectiva sobre tu rendimiento,” explica Schmidt.

“Todos necesitamos un coach, porque todos necesitamos retroalimentación para poder mejorar”, dice por su lado Bill Gates. En mi experiencia trabajando como coach ejecutivo de CEOs y altos ejecutivos alrededor del mundo, he observado que un coach no solamente ofrece una perspectiva que soporta el alto rendimiento, sino que también, genera un espacio donde el ejecutivo se abre a su propia vulnerabilidad.

Muchas veces, la vulnerabilidad es considerada como una debilidad, y por eso la vulnerabilidad personal de un líder se define como un pasivo para el mismo líder. Pero en realidad, es todo lo contrario. La vulnerabilidad es la fuerza de los líderes auténticos y conscientes.

De hecho, siempre es un momento único y precioso cuando durante un proceso de coaching un ejecutivo encuentra, acepta, y abraza su propia vulnerabilidad. Es el momento cuando el líder deja caer sus máscaras, su Yo falso, y encuentra, se conecta con, y expresa su, Yo autentico. Los ejecutivos que se dan el permiso de ser vulnerables son los que más inspiran con su autenticidad, y logran niveles de rendimiento y de éxito más alto.

Por lo contrario, el ejecutivo que niega su vulnerabilidad, condicionado por un falso concepto de fortaleza y de liderazgo, es un ejecutivo que muchas veces se estanca detrás de sus máscaras, y socava su efectividad. El líder que descubre la fuerza de la vulnerabilidad es el líder que conoce la empatía, que establece conexiones y vínculos que llevan al alto rendimiento.

De hecho, Brené Brown, después de hacer miles de entrevistas, descubrió que la vulnerabilidad es el secreto que está en la base de la conexión social. Porque la vulnerabilidad no es debilidad, sino más bien el coraje de ser uno mismo, de ser auténtico. Es la capacidad de aceptar la incertidumbre, de asumir riesgos, de mostrar sus sentimientos.

Por eso, los ejecutivos que se sienten cómodos con su vulnerabilidad son también los líderes que se ganan la confianza de los demás. “La vulnerabilidad es el lugar de nacimiento del amor, la pertenencia, la alegría, la empatía y la creatividad”, escribe Brown. Todos somos mejores líderes y seres humanos, cuando nos abrimos a la vulnerabilidad.

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