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Exigirles a las personas que hagan todos los días lo mismo, durante ocho horas, podría llevarlas a un estado de insatisfacción tan alto que terminaría perjudicando su estabilidad emocional
En el trabajo, como en las relaciones, hay que buscar la forma de mantener la llama encendida. Basta con ir a una terapia de pareja para escuchar, de entrada, que la rutina desmotiva, acaba y aburre. Una relación que no se construye de manera creativa, diferente, y que no busca espacios para sorprender, y enamorar de nuevo, está más que condenada al fracaso.
Así, de la misma manera, funciona el lazo que tienen todas las compañías con sus empleados. Exigirles a las personas que hagan todos los días lo mismo podría llevarlas a un estado de insatisfacción tan alto que terminaría perjudicando su estabilidad emocional, así como la productividad del negocio.
Inclusive, hay estudios en Estados Unidos que han demostrado que los empleados gastan hasta 10,5 horas por semana diciendo que están aburridos en sus labores diarias. Y sin contar el tiempo que dedican a redes sociales, socializando con otra gente o simplemente buscando espacios para ‘distraerse’ y acabar con la monotonía. Tratan de encontrar en otras partes, lo que su trabajo no les da.
Varios especialistas en el tema ya han demostrado que las principales causas de este aburrimiento laboral o, como ahora lo llaman, el Síndrome del Boreout, no están ligadas con el salario, sino con otro tipo de elementos que no necesariamente requieren de grandes inversiones.
De hecho, de acuerdo con estudios publicados por Harvard Business Review, los empleados aprecian más otros beneficios como las horas flexibles, el teletrabajo, y un mayor equilibrio entre la vida laboral y personal. Esto sumado a unos buenos espacios de trabajo que promueven la creatividad, la innovación y el dinamismo puede convertirse en la receta perfecta para garantizar un matrimonio que dure por muchos años.
Ahora, hay que tener en cuenta que todas las personas tienen intereses particulares. Cada quien, de acuerdo con su edad y estilo de vida, preferirá más unos beneficios sobre otros.
Se estima que, para 2020, esta generación constituirá 50% de la fuerza laboral global y que preferirán, sobre todas las cosas, un mejor ambiente en la oficina. WeWork realizó recientemente una encuesta a 4.000 empleados con la firma de investigación de mercado global Ipsos y encontró que la colaboración y el espacio de trabajo están directamente relacionados con la satisfacción de los empleados.
Hay que aceptarlo, los tiempos han cambiado. Las personas ya no disocian trabajo de placer, por eso desean pertenecer a compañías que estén dispuestas a desprenderse por completo del concepto tradicional de una oficina. Para eso, las empresas deben comprender que la monotonía laboral no solo afecta el interés y la satisfacción de los empleados, también tiene un impacto directo en el negocio.
Entre las principales consecuencias puede estar una menor productividad, menor capacidad para innovar, así como una desconexión total con la compañía. Según encuestas realizadas por la firma Gallup en diferentes países, 85% de las personas han admitido que su trabajo no les satisface y que no se sienten comprometidos ni identificados con este.
Es por esta razón, que cada vez más, hay grandes firmas que le están apostando a trasladarse a espacios colaborativos y flexibles. Durante los últimos años, WeWork ha recibido en el mundo a compañías como Latam, Facebook, MasterCard, Spotify, Microsoft y Hsbc. Todavía son muchos los retos, pues los casos de desamor laboral se pueden contagiar con facilidad. Sin embargo, la mejor manera de acabar con el problema es empezar a prevenirlo desde las organizaciones, la clave siempre estará en arriesgarse y romper por completo los esquemas.