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En lo que respecta al conflicto, hay dos tipos de personas: los que lo evitan y los que lo buscan. Los que lo evitan tienden a rehuir a los desacuerdos. Valoran la armonía y las relaciones con sus compañeros de trabajo. Los que lo buscan están ansiosos por entrar en conflicto. Tienden a estar más interesados en ser directos y en la honestidad. Ningún estilo es mejor, y la actitud automática de la gente depende de muchas cosas: experiencias previas con el conflicto, contexto organizacional e incluso normas de género. Saber el estilo hacia el que gravita lo ayudará a escoger conscientemente entre cómo encarar una discrepancia. Si usted es de los que evitan el conflicto, por ejemplo, su instinto pudiera ser ignorar la situación. Pero saber que esa es su tendencia natural puede ayudarlo a superar su resistencia para abordar el tema.
El paso de una cultura jerárquica a una horizontal requiere redefinir el liderazgo, mientras afloran los beneficios de la colaboración
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