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Analistas 12/08/2015

Una banca trabajando para el país

Santiago Castro Gómez
Expresidente de Asobancaria
La República Más
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Existe un relativo consenso acerca del papel de la banca en el desarrollo económico. Nadie, basado en un análisis juicioso y serio, podría dudar de su papel en el desarrollo social y productivo. El sistema Bancario de Colombia no es la excepción y ha sido un verdadero canal para el ahorro y la inversión, un gran aliado en la consecución de las metas de miles de colombianos y un gran dinamizador de la productividad.  La cartera de crédito, en este contexto, ha venido mostrando un crecimiento notorio: mientras hace apenas un lustro representaba cerca de 25% del PIB, hoy supera 40%, todo ello en medio de una gestión rigurosa del riesgo. 

No menos importantes han sido las estrategias para romper las barreras en contra de la inclusión financiera, las cuales han permitido expandir los servicios bancarios a sectores de la población con sentidas necesidades, incluso en los lugares más recónditos del país. El uso de la banca móvil ha permitido ampliar la cobertura y contribuir con el desarrollo social a través de la distribución de los subsidios a personas en situación de pobreza. El país hoy goza de una bancarización que supera 70%.

Sin embargo, los mitos sobre la banca que de cuando en cuando retumban como consecuencia de la búsqueda, en algunos casos casi obsesiva, de réditos individuales, ocultan las valiosas conquistas que se han logrado tras arduos años de trabajo. Lo lamentable de esta situación no radica sólo en que la propagación de dichas falacias encuentra tierra fértil en la impopularidad del sector, sino que salgan a la luz pública estudios que, basados en análisis inadecuados e inconsistentes, arraigan de manera injusta los mitos en el imaginario colectivo.

Quienes afirman de manera ligera que Colombia es un país que trabaja para los bancos desconocen la verdadera contribución de la banca en el crecimiento y el desarrollo. Omiten, en medio de la ligereza de los análisis, que el sistema financiero contribuye con cerca de una cuarta parte del crecimiento económico (muy por encima de sectores como la minería y la construcción). Desconocen que los niveles de rentabilidad de la banca (medida en relación a su patrimonio, ROE) han venido cayendo en los últimos años y hoy se ubican en torno a 12% (muy por debajo de los que exhibe, por ejemplo, el sector minero, en torno a 20%), y ello como resultado de su compromiso por lograr una mayor inclusión financiera y llegar a la base de la pirámide. 

De manera ligera, no sólo confunden el concepto de bancarización con profundización financiera cuando afirman que el país exhibe bajos niveles de bancarización porque su relación cartera/PIB tan sólo bordea  40%, sino que erran al señalar que la banca aumenta sus utilidades con base en los altos precios de los productos y servicios financieros. Si los análisis fueran más juiciosos (si no sumaran de forma arbitraria precios máximos de los productos e incorporaran la intensidad de su uso) se darían cuenta que los precios de los servicios bancarios no solo son de los más bajos de América Latina sino que crecen menos que el resto de bienes de la economía. Tan solo basta ver los datos de costos de cuotas de manejo (donde cada vez más son gratuitas) en cuenta de ahorro y por retiros de cajeros.

Cuando afirman que la banca tiene comportamientos oligopólicos, desconocen no sólo la estructura competitiva del sector, sino el hecho de que las fusiones y adquisiciones (que han mitigado riesgo sistémico) han venido acompañadas de mayores niveles de competencia, y cuya concentración, en términos internacionales, se ubica incluso por debajo de Latam, de los países de la Ocde y de la mediana mundial.

En síntesis, la banca está preparada para dar los debates en cualquier escenario, pero hace un llamado para elevar la altura técnica de las discusiones y evitar aseveraciones ligeras y sin asidero técnico. La banca, desde luego, aún tiene muchos retos, pero se esfuerza es superarlos para que se perciba como lo que realmente es: una banca moderna, cercana, focalizada en apalancar el desarrollo del aparato productivo y que, día a día, trabaja para el país!

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