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EDITORIAL

No caer en el ‘camionomics’ de los líderes camioneros

jueves, 7 de julio de 2016
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Es increíble que un sector jugador de la economía como el transportador de carga exija salida de empresas, fletes fijos y baja en los peajes.

La economía colombiana enfrenta uno de los paros de transportadores más dañinos de la historia reciente. Por casi 20 días empresarios transportadores y camioneros independientes han saboteado las carreteras nacionales generando una ola de especulación de precios de los alimentos sin precedentes. Incluso, hay análisis que alertan sobre el nivel de las alzas que pueden ser superiores a las generadas por el Fenómeno de El Niño del primer semestre y en algunos productos tan grandes como las ocasionadas por la misma devaluación.

Y si el primer semestre estuvo marcado por las alzas producto de los daños del fenómeno climático, asociado a los efectos de un dólar caro, este julio comenzó con los graves perjuicios de una protesta camionera con sentido, pero sin razones económicas de peso y justificación racional. Al comienzo de los años 2000, surgió en la literatura académica económica el término ‘freakonomics’, palabra que se había usado en Estados Unidos para las ideas de Ronald Reagan, ‘reaganomics’, con el fin de explicar las ideas del Presidente para reducir el crecimiento del gasto público; bajar los impuestos sobre la renta y sobre las ganancias de capital; reducir la regulación de la actividad económica, y finalmente controlar la inflación.

Planeamos que no podemos caer en ‘camionomics’ tratando de hacer una contracción entre camioneros y economía que explique qué quieren los transportadores de carga y qué es lo que necesita la economía colombiana en estos momentos.

Entre las muchas peticiones que hacen los camioneros están puntos tan irracionales para la economía de mercado como “exigir mejorar los fletes como lo hablan los decretos vigentes o regreso a la tabla de fletes”. También es grotesco el punto que pide “exigimos la salida del país de la empresa Impala, por prácticas ilegales y ruina contra los camioneros”. En otro de los apartes dicen, “no al cobro de cargues, descargues, enturnamientos y otros descuentos ilegales de fletes pactados y sanciones drásticas para quien incumpla”. Pero lo más incomprensible es cuando exigen “no más alzas ni creación de peajes”, al mismo tiempo que piden seguridad en las vías e infraestructura en buenas condiciones.

El punto es que el Ministerio del Transporte y su homólogo de Trabajo no pueden ceder en estas peticiones tan absurdas. Existe el derecho a la protesta, pero eso no da licencia para actuar de forma violenta contra los empresarios y camioneros independientes que sí quieren trabajar. Los camioneros deben entender que deben chatarrizar sus vehículos; que son necesarios los peajes para garantizar buenas vías; que no se puede sacar del país a una empresa como Impala que le está apostando al Río Magdalena y al transporte por trenes. En la discusión está ausente la racionalidad y abunda el daño a la sociedad.

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