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Trucos para mejorar la concentración
Limitar el uso de la tecnología y practicar la atención activa son pasos fundamentales para ayudar a mejorar la concentración
La pérdida de memoria es un desafío que muchas personas enfrentan a medida que envejecen, pero también es un problema creciente entre los trabajadores jóvenes y adultos debido al ritmo acelerado de la vida moderna. La incapacidad para recordar información clave o tareas pendientes, puede generar estrés y perjudicar las relaciones laborales.
Según un informe de Insightful de 2024, 79% de los empleados encuestados no puede pasar una hora sin distraerse en el trabajo. Además, el estudio muestra que 20,83% de los empleados se distrae cada hora, mientras que 19,67% lo hace entre 30 y 60 minutos. Otros datos revelan que 22,33% pierde la atención cada 21-30 minutos, 15,17% cada 11-20 minutos, 10,83% cada 6-10 minutos y 11,17% incluso cada 5 minutos.
La concentración puede verse influenciada por una combinación de factores internos y externos. Entre los internos, destacan el estrés, la falta de sueño y las alteraciones emocionales como la ansiedad o la depresión, las cuales pueden reducir significativamente la capacidad de atención. A esto se suman factores externos como el exceso de notificaciones tecnológicas, las interrupciones frecuentes en el lugar de trabajo y una mala organización del entorno laboral.
Estas distracciones no solo disminuyen la productividad, sino que también generan mayores niveles de agotamiento mental, lo que a largo plazo afecta el desempeño general de los empleados.
En este sentido, la psicóloga clínica Claudia Prada, consultora de la firma Proyecta Potenciales Humanos, señala que el estrés laboral crónico tiene un impacto significativo en la memoria y el rendimiento cognitivo de los trabajadores.
Según Prada, “cuando un individuo está sometido a niveles altos y constantes de estrés, su cerebro experimenta un ‘apagón’ funcional, lo que afecta directamente su capacidad para procesar y retener información”. Añade que esto genera olvidos, disminución de atención y deterioro en funciones cognitivas como la memoria de trabajo, afectando tanto el desempeño individual como el clima laboral.
En este contexto, el neurocientífico Richard Restak ofrece herramientas útiles para fortalecer la memoria y optimizar la concentración en su libro “The Complete Guide to Memory”. Restak expone que incorporar prácticas simples en la rutina puede marcar una diferencia. Una de sus principales recomendaciones es ejercitar la memorización con actividades como recordar listas de compras, fechas importantes o detalles de conversaciones sin depender de electrónicos.
Asimismo, el experto destaca la importancia de limitar el uso excesivo de dispositivos digitales. La “distorsión tecnológica”, como él la llama, ocurre cuando delegamos tareas básicas como recordar números o direcciones a aplicaciones y herramientas tecnológicas. Recuperar el hábito de retener información por cuenta propia ayuda a mantener una mayor agudeza mental.
Otro punto clave que Restak sugiere es practicar la atención activa. Técnicas como dividir información en partes más pequeñas, repasar datos a intervalos regulares y asociar conceptos con imágenes mentales son estrategias efectivas para organizar y retener datos. Actividades como juegos de ajedrez, cartas o ejercicios de visualización también contribuyen.
La psicóloga Prada también enfatiza el papel de hábitos diarios como la alimentación, el ejercicio y el descanso reparador para mejorar la memoria y optimizar el rendimiento en el trabajo. Según la experta, “la hiperconectividad y la necesidad de vivir de prisa, características propias de la sociedad fast, son fuentes comunes de estrés”.
Para contrarrestar estos efectos, Prada recomienda aprender a decir “no” a compromisos que sobrecargan la agenda y priorizar las tareas realmente importantes, destacando que el balance no implica dedicar el mismo esfuerzo a todo, sino asignar tiempo y energía de acuerdo a las prioridades personales.
La implementación de estas estrategias no solo tiene un impacto en la vida personal, sino también en la laboral. Una mayor capacidad de concentración permite a los empleados completar tareas con mayor eficiencia, reducir errores y responder mejor ante situaciones de alta presión. Además, la memorización activa y el manejo adecuado de las emociones resultan esenciales en roles que exigen decisiones rápidas y precisas.
Para gestionar el estrés y evitar la fatiga cognitiva en entornos laborales, la psicóloga Claudia Prada señala que es crucial combinar el autoconocimiento con la modificación de hábitos. “Entender el estrés como una respuesta natural del cuerpo ante desafíos es clave para manejarlo, ya que no todo estrés es negativo. Existe un estrés positivo que puede motivarnos y mejorar nuestro rendimiento”, explica. También resalta la importancia de desarrollar la autoconciencia para identificar qué desencadena el estrés y qué actividades ayudan a recargar energía.