Con 115 kilómetros de longitud y un área de influencia de tres departamentos (Atlántico, Bolívar y Sucre) el Canal del Dique es una de las obras de infraestructura más importantes del país. Pero, las intervenciones humanas sobre esta zona han resultado en la afectación de los ecosistemas, de las tradiciones y las estructuras socioeconómicas.
Por ese motivo surgió el proyecto Ecosistemas del Dique, proveniente de un análisis de innovación que busca restaurar ambientalmente el Sistema del Canal del Dique y por medio de impactos positivos que buscan el bienestar de las comunidades y sus prácticas tradicionales.
“Este proyecto que tiene un valor cercano a $3 billones, de los cuales la inversión en parte de construcción es cercana a $2,9 billones. En su acta de inicio están pautadas tres etapas. La primera es diseño y gestión predial, social y ambiental. Luego está la construcción y finaliza con la operación”, explicó Carlos Rosado, vocero de Ecosistemas del Dique.
En la etapa de construcción estará concentrada la mayor parte de la inversión, agregó Rosado, pues ahí se realizarán múltiples obras, entre las que destacan dos esclusas, una en Calamar y otra en Puerto Badel.
“El objetivo de estas esclusas es regular el flujo del agua y redistribuirlas hacia las ciénagas para lograr un equilibrio en el sistema”, explicó el vocero.
Entre los beneficios que busca el proyecto, indica Ecosistemas del Dique, están la generación de empleo, el fortalecimiento de proyectos productivos y el empoderamiento comunitario.
El proyecto contará con 36 intervenciones en puntos específicos, para restaurar los ecosistemas degradados, lo que beneficiará a 1,5 millones de habitantes de 19 municipios de los departamentos de Atlántico, Bolívar y Sucre.
Las poblaciones beneficiadas por el área de influencia son Campo de La Cruz, Candelaria, Luruaco, Manatí, Repelón, Sabanalarga, Santa Lucía y Suan, en Atlántico; Arjona, Arroyohondo, Calamar, Cartagena, Mahates, María La Baja, San Cristóbal, San Estanislao, Soplaviento y Turbana, en Bolívar; y San Onofre en Sucre.
“El proyecto es vital porque garantiza la viabilidad de Cartagena y de sus poblaciones aledañas a futuro. Si no protegemos el Canal del Dique todos los incrementos del cambio climático van a afectarlo. Necesitamos el agua potable para todas las actividades, entre ellas las económicas, de las comunidades”, explicó Juan Camilo Oliveros, director ejecutivo del Consejo Gremial de Bolívar.
Para Oliveros, una gran cantidad de sedimentos terminan atrapados en la bahía de Cartagena, lo que ha afectado la vida de las especies marinas y de los corales.
“Este proyecto va a poder recuperar estos sistemas naturales para el goce de todos los colombianos. La bahía de Cartagena es el activo principal que tiene Colombia, por lo que representa para el comercio exterior”, concluyó.
